Este mes de agosto, la inflación de Alemania ha descendido, pues su tasa interanual es del 1,9% en comparación con el 2,3% de julio. En consecuencia, el IPC del país germano se sitúa ahora en su nivel más bajo desde marzo de 2021, de acuerdo con los datos que publicó el jueves Destatis, el órgano estadístico federal oficial. No obstante, la bajada ha sido menos destacable en el caso de la inflación subyacente (excluyendo alimentos frescos y energía), pues esta ha descendido solo un décima, hasta situarse en el 2,8% interanual. En la misma línea, el IPC armonizado para calcular el global de la eurozona ha disminuido al 2% interanual, frente al 2,6% de julio.
Todos estos datos, sumandos a los publicados el jueves en España sobre el retroceso de su IPC hasta el 2,2% y al cuadro de debilidad macroeconómica que muestra Alemania debido a su perenne estancamiento han terminado de perfilar el nuevo recorte de tipos de interés que ejecutará el BCE en su reunión de septiembre.
La caída de la inflación alemana durante este mes es el resultado de la bajada de los precios de la energía y los bienes, así como los efectos base favorables. Atendiendo a los datos regionales, la inflación de los servicios se ha mantenido en un 4% interanual. Mientras que los precios de la hostelería y la restauración ha subido un poco, los gastos en ocio y la inflación de los precios de la ropa bajaron. Asimismo, las variaciones mensuales muestran descensos de los precios de los alimentos y las bebidas, así como de los artículos para el hogar el transporte.
«La estimación preliminar de la inflación alemana en agosto, que acaba de publicarse, tiene todo lo que el BCE necesita para seguir recortando los tipos en su reunión de septiembre», conforma Carsten Brzeski, economista de ING. Para dicho experto, estos datos son una gran noticia para el BCE, ya que apuntan al inicio de una tendencia desinflacionista más amplia que va más allá de los precios de la energía.
Al mismo tiempo, reconoce que es demasiado pronto para darle el visto bueno tanto a la inflación de Alemania como a la de la eurozona. «Los datos salariales de ayer son uno de los motivos de preocupación. Los sueldos reales alemanes aumentaron por quinto trimestre consecutivo, lo que podría alimentar las presiones inflacionistas más adelante. Además, no hay que olvidar que los sindicatos alemanes acuden a las rondas de negociación posteriores al verano con grandes exigencias. Podría pasar más tiempo del previsto por el BCE antes de que el crecimiento salarial en la zona euro se reduzca significativamente».
Sea como sea, si los datos de la inflación de la eurozona, que salen mañana, lo confirman, las cifras germanas deberían facilitarle al BCE la decisión de seguir recortando los tipos de interés, asevera el economista de ING. «El debilitamiento de la presión inflacionista, unido a la pérdida de impulso del crecimiento, ofrecen un telón de fondo macroeconómico casi perfecto para el recorte de tipos», recalca. La economía alemana, sin embargo, no deja de copar los titulares de toda Europa por su débil desempeño y el pesimismo de las previsiones.
«Las cifras de inflación de Alemania y España sugieren que la inflación general de la zona euros puede haber caído hasta el objetivo del 2% del BCE en agosto y que la tasa subyacente ha bajado. Esto allana el camino para una bajada de tipos en septiembre, pero como la inflación de los servicios sigue estancada, el ciclo de relajación será gradual», asevera Franziska Palmas, economista sénior de Capital Economics.
Para Palmas, los datos nacionales de Alemania y España sugieren que la inflación de la zona euro se situará en torno al 2%, un poco por debajo de la revisión del 2,2%. Sin embargo, la inflación de los servicios se hallará estancada en torno al 4% por décimo mes consecutivo. «Esto bastará para que el BCE recorte los tipo únicamente una vez cada trimestre hasta que el tipo de depósito alcance el 2,5%».
Desde Commerzbank, su economista Ralph Solveen resta algo de optimismo: «Esta caída en Alemania se debe en gran medida a unos precios de la energía significativamente más bajos. La tasa de inflación subyacente, excluidos los precios de los alimentos y la energía, también fue inferior a la del mes anterior, pero, con un 2,8%, se mantiene muy por encima del 2%. Esto sugiere que la tasa de inflación se mantendrá por debajo de este nivel solo durante un corto periodo de tiempo».
«En vista de que es probable que los salarios sigan aumentando considerablemente, es probable que los precios de los servicios sigan aumentando con fuerza. Dado que los aumentos de precios en las fases preliminares (es decir, los precios de producción de bienes intermedios y de consumo, así como los precios de importación) indican que la tasa de inflación de los bienes pronto alcanzará su punto más bajo, suponemos que la tasa de inflación subyacente apenas disminuirá en los próximos meses e incluso tenderá a aumentar ligeramente hacia finales de año», continúa Solveen.
«Dada la importante caída de los precios de la energía en los últimos meses del año pasado, es probable que la tasa de inflación interanual de la energía también vuelva a aumentar a partir de octubre en adelante. Esto pondría fin a la caída de la tasa de inflación por debajo de la línea del 2%«, zanja el economista alemán.
Esta clara posibilidad de que el BCE siga recortando los tipos de interés ha sido muy bien recibida por las Bolsas europeas, especialmente la alemana. El índice Dax, de referencia en dicho país, alcanzó el jueves un nuevo récord al recuperarse de la masiva venta de acciones de principios de agosto y subir hasta un 0,7%, lo cual lo sitúa en los 18.912,47 puntos y le permite superar su máximo anterior del 15 de mayo.
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