La inversión extranjera en España se contrae más de un 60% en la primera mitad de 2025

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La llegada de capital extranjero a España ha vivido un fuerte retroceso en el primer semestre de 2025. Según los últimos datos publicados por DataInvex, la inversión foránea —sin contar las Entidades de Tenencia de Valores Extranjeros (ETVE)— alcanzó los 8.476 millones de euros, lo que supone una caída del 60,4% respecto al mismo periodo del año anterior.

Este desplome marca un contraste evidente con 2024, cuando la inversión exterior había mostrado cierta resiliencia frente a un entorno internacional incierto. La cifra actual refleja no solo una desaceleración global de los flujos de capital, sino también la creciente competencia de otros mercados europeos y el impacto de factores internos como la incertidumbre regulatoria y los costes operativos.

España, tradicionalmente vista como un destino atractivo por su tamaño de mercado, su ubicación estratégica y su capacidad de atraer proyectos en sectores clave —desde energías renovables hasta infraestructuras—, enfrenta ahora el reto de recuperar el apetito inversor en un contexto en el que los capitales buscan entornos de máxima estabilidad.

El retroceso coincide con un momento en el que la economía europea se mueve a un ritmo moderado y los inversores tienden a priorizar mercados con mayor previsibilidad fiscal y política. Aun así, expertos consultados destacan que la fortaleza de la economía española en ámbitos como el turismo, la transición energética o la digitalización podría reactivar los flujos en la segunda mitad del año, siempre que se genere un clima de confianza más sólido.

El desafío inmediato pasa por reforzar la competitividad y transmitir seguridad jurídica a quienes apuestan por el país. La inversión extranjera no solo aporta capital: es un motor de innovación, empleo y proyección internacional. Y en este terreno, España no puede permitirse quedar atrás.

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