La Unión Europea y Estados Unidos podrían estar cerca de sellar un acuerdo comercial que incluiría la aceptación de un arancel generalizado del 15%, en un intento por enfriar las crecientes tensiones transatlánticas. Aunque las negociaciones siguen en curso, una mayoría de gobiernos europeos empieza a considerar seriamente esta vía como mal menor frente a un escenario de confrontación.
Según fuentes diplomáticas comunitarias, el pacto incluiría la asunción de este tipo impositivo por parte de las exportaciones europeas a EE.UU., a cambio de garantías de estabilidad comercial y exenciones específicas en sectores sensibles. El objetivo: evitar una escalada que pueda derivar en una guerra comercial de mayor alcance justo cuando el contexto geopolítico y económico global ya presenta suficientes riesgos.
La negociación entre la UE y Trump
El telón de fondo de esta negociación es la entrada en vigor de nuevas medidas proteccionistas por parte de Washington y la presión ejercida desde Bruselas para mantener un trato más equitativo en materia de subsidios y acceso a mercado. Aunque el margen para un acuerdo sigue abierto, las capitales europeas no descartan activar el mecanismo anticoerción si las conversaciones acaban naufragando.
Este instrumento, aprobado por la UE en 2023, permite responder a presiones económicas externas con medidas compensatorias de forma más ágil, algo que hasta hace poco se evitaba por miedo a tensar aún más las relaciones con aliados clave. Pero los tiempos han cambiado. La voluntad de proteger los intereses industriales europeos está ganando peso en la agenda, y eso podría traducirse en un endurecimiento del tono si no hay avances tangibles en las próximas semanas.
El pulso comercial con Estados Unidos se ha convertido en una de las pruebas más delicadas para la política comercial europea en 2025, y el desenlace de esta negociación marcará el tono de la relación transatlántica en lo que resta de década.
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