El concurso público para renovar la cobertura sanitaria de los funcionarios a través de Muface, para los años 2025 y 2026, quedó desierto tras la renuncia de las tres aseguradoras que tradicionalmente prestaban este servicio: Asisa, DKV y Adeslas.
Este martes concluyó el plazo para presentar ofertas, y ninguna de las compañías se postuló para continuar con el contrato, según ha confirmado la propia entidad pública.
El servicio de Muface atiende a cerca de 1,5 millones de personas, entre funcionarios y sus familiares, principalmente docentes y personal de la Administración General del Estado.
Ante esta falta de ofertas, la sanidad pública tendrá que asumir la integración de estos mutualistas en su sistema, garantizando que recibirán las mismas prestaciones sanitarias y sociales que hasta ahora.
¿Por qué no quieren a Muface?
El conflicto surge por la discrepancia entre las aseguradoras y Muface respecto al precio de la prima ofrecida por cada asegurado. Las compañías habían solicitado un incremento sustancial de la prima para poder seguir prestando el servicio, pero la entidad pública no aceptó esas demandas.
La prensa afirma que las aseguradoras reclaman una subida del 38% para hacer frente a los costos del servicio sin que esto afecte la calidad de la atención.
A pesar de este revés en el concurso de Muface, los contratos de cobertura sanitaria para otros cuerpos, como el Instituto Social de las Fuerzas Armadas (Isfas) y la Mutualidad General Judicial (Mugeju), no han quedado desiertos.
En estos casos, Asisa y Adeslas sí se han presentado, mientras que DKV ha optado por no participar debido a las mismas razones económicas que motivaron su retirada de Muface.
Ante la situación, el Gobierno ha señalado que se trabajará en una nueva licitación con condiciones ajustadas, aunque sin una nueva subida de la prima, sino modificando otros parámetros del concurso.
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