Los mercados financieros han estado intentando recuperarse del fuerte golpe que sufrieron el lunes, cuando el pánico por una posible recesión en EE. UU. llevó a una oleada de ventas de acciones. La situación encontró algo de alivio con el dato semanal de peticiones de desempleo en Estados Unidos, que resultó ser mejor de lo esperado y ayudó a mitigar las pérdidas en las Bolsas europeas. El Ibex 35 cerró con una caída del 0,39%, después de haber descendido más de un 1% en la apertura. El resto de las Bolsas europeas también vieron reducidas sus caídas, gracias a una apertura positiva en Wall Street, donde el Nasdaq avanzó más del 2%.
Aunque los mercados se han estabilizado a lo largo de la semana, persiste la lección de que una euforia bursátil prolongada es insostenible cuando la economía aún enfrenta el impacto de unas subidas de tipos de interés sin precedentes. La Reserva Federal (Fed) ha aumentado las tasas de interés sin que hasta ahora se haya materializado una recesión, pero el riesgo sigue presente. Esta corrección bursátil ha traído de vuelta la prudencia, especialmente en sectores como la inteligencia artificial y los criptoactivos, donde las valoraciones estaban especialmente elevadas.
El reciente dato de peticiones de desempleo en EE. UU. proporcionó algo de consuelo. Durante la primera semana de agosto, las peticiones ascendieron a 233.000, superando las expectativas de 240.000 y disminuyendo respecto a las 250.000 de la semana anterior. Este descenso, el mayor en casi un año, sugiere que el mal dato de empleo de julio podría ser atenuado.
Este informe ayudó a reducir significativamente las pérdidas iniciales en las Bolsas europeas y facilitó una apertura alcista en Wall Street. El rendimiento del bono estadounidense a 10 años también se recuperó, volviendo al 4%. El Ibex 35 mantuvo los 10.500 puntos al cerrar en 10.558, con Solaria e Indra siendo los valores más afectados. En otros mercados europeos, las caídas fueron menos severas, con el DAX incluso revertiendo los números rojos iniciales.
A medida que el mercado avanza, se intensifica la expectativa de que la Fed podría realizar recortes de tipos más significativos de lo previsto. Aunque se descarta un recorte de emergencia, las probabilidades de una reducción de medio punto en la reunión de septiembre se han elevado, con el mercado apostando por dos recortes adicionales antes de fin de año.
Recesión
Mientras tanto, el análisis de grandes firmas sugiere que una recesión en EE. UU. es posible, aunque no inevitable. JP Morgan ha aumentado la probabilidad de una recesión del 25% al 35%, y Pimco indica que es un escenario relativamente común tras ciclos de subidas de tipos. Tiffany Wilding, economista de Pimco, señala que el riesgo de recesión en los próximos 12 meses podría ser el doble de la media histórica.
En Japón, los mercados también han enfrentado turbulencias. La Bolsa nipona sufrió el lunes su mayor caída desde el crash bursátil de 1987, con un descenso del 12,4%. Aunque rebotó un 10,23% al día siguiente, cerró hoy con una leve caída del 0,74%. La reciente subida de tipos del Banco de Japón al 0,25% ha provocado una apreciación del yen, afectando negativamente a los inversores internacionales que se endeudaron en yenes para invertir en otros mercados, como Wall Street.
El yen ha subido cerca del 10% desde julio, lo que ha llevado a los inversores a vender posiciones para evitar mayores pérdidas. Los responsables del Banco de Japón han indicado que no planean más subidas de tipos mientras el mercado permanezca inestable, aunque las actas de su reunión de julio sugieren que podrían considerar aumentos si la inflación se mantiene controlada. Actualmente, el yen se cotiza en torno a 146 unidades por dólar, comparado con 152 a finales de julio.
Estas turbulencias se producen en un periodo de baja negociación estival, lo que amplifica los movimientos del mercado. El índice VIX de volatilidad, que había superado brevemente el nivel de 60 el lunes, se ha estabilizado en 27,5. Según Yves Bonzon, director de inversiones de Julius Baer, la situación actual en los mercados es una corrección típica del verano, que refleja más los factores técnicos y los flujos de mercado que los fundamentos económicos. Bonzon sugiere que la actual fase de consolidación es saludable y necesaria, advirtiendo que los inversores han mostrado un exceso de optimismo en los últimos tiempos.
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