La compañía española Moeve ha anunciado su adhesión a la Global Impact Coalition (GIC) para promover una nueva vía de producción de combustible de aviación electro-sostenible (e-SAF) y productos químicos de bajas emisiones, basada en el uso de metanol.
Según detalló en un comunicado, el proyecto se ha estructurado como un spin-off con el objetivo de acelerar el desarrollo de esta tecnología.
El plan, actualmente en fase de estudio de viabilidad, se apoya en la conversión de metanol a olefinas (MTO), una alternativa que busca diferenciarse de los procesos convencionales dependientes de combustibles fósiles, como el Fischer-Tropsch.
Para Moeve, esta iniciativa representa un «avance estratégico» hacia combustibles sintéticos sostenibles, ya que permite transformar e-metanol en e-SAF mediante la generación de olefinas sostenibles.
La energética ha subrayado que esta vía ofrece un «enfoque flexible y modular» para ampliar la producción de combustibles de aviación con bajas emisiones, un aspecto «crucial», dado que la aviación es responsable del 3% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
En palabras de la compañía: «Estas alternativas son esenciales para seguir avanzando en la descarbonización de uno de los sectores más difíciles de electrificar».
Los planes de Moeve
Además del potencial en aviación, las olefinas derivadas del metanol tienen aplicación como materia prima en polímeros, envases, movilidad, bienes de consumo y otros sectores industriales, lo que abre nuevas cadenas de valor en la industria química.
Carlos Barrasa, vicepresidente ejecutivo de energías limpias y comerciales de Moeve, declaró: «Esta iniciativa supone un paso estratégico en la ambición de Moeve para liderar el desarrollo de nuevas cadenas de valor bajas en carbono».
Añadió que al apostar por el metanol «no solo están permitiendo la producción futura de e-SAF, sino que además apoyan la transformación de la industria química con materias primas más limpias».
Por su parte, Charlie Tan, consejero delegado de la GIC, destacó que este spin-off «pone en evidencia el poder de la colaboración intersectorial para impulsar productos químicos bajos en carbono y combustible de aviación sostenible».
El estudio de viabilidad continuará hasta 2026 y contempla la construcción de la primera planta de olefinas sostenibles en Europa, con el objetivo de modernizar la producción química europea y recuperar competitividad frente a los elevados costes energéticos y las exigencias regulatorias.
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