La Comisión Europea decidió suspender durante 90 días la aplicación de su primera tanda de aranceles comerciales contra Estados Unidos, tras el anuncio del presidente Donald Trump de aplazar durante el mismo periodo sus los ajustes a todas las importaciones extranjeras.
«Queremos dar una oportunidad a las negociaciones», afirmó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a través de un comunicado.
No obstante, advirtió que si las conversaciones no ofrecen resultados «satisfactorios», las contramedidas europeas previstas “se pondrán en marcha”.
Bruselas tenía previsto imponer desde el próximo martes aranceles del 25% sobre productos estadounidenses valorados en cerca de 21.000 millones de euros, en respuesta a los recargos que ya afectan al acero y aluminio europeos.
Este plan, aprobado por los 27 Estados miembro, contemplaba tres fases de aplicación: en abril, mayo y diciembre.
Aunque la entrada en vigor de las medidas queda pausada, el trabajo técnico sobre nuevas represalias continúa.
«Todas las opciones siguen sobre la mesa», insistió Von der Leyen, subrayando que el compromiso con la defensa de un comercio justo y regulado no se detiene.
Desde la Comisión también señalaron que esta pausa permitirá consultar con los gobiernos nacionales y la industria para redefinir la estrategia.
Olof Gill, portavoz comunitario de Comercio, indicó que este margen de análisis es clave para afrontar las negociaciones con Washington con mayor claridad.
Reacción de mercado por aranceles
Explosión de júbilo en el arranque de la jornada en las bolsas europeas. Después de días de dolorosas caídas debido a la guerra comercial lanzada por EEUU, el «armisticio» anunciado este miércoles por la Casa Blanca desató una remontada espectacular.
Las bolsas europeas, que ya habían cerrado con caídas entre un 2% y un 3%, experimentaron subidas iniciales de hasta un 8%, con repuntes que finalmente se moderaron al 5%-6%.
El EuroStoxx 50, índice de referencia continental, se acercaba de nuevo a los 5.000 puntos, mientras que el Ibex 35 volvía a superar los 12.400 puntos (tras cerrar en 11.800 ayer).
La euforia llevó al índice español a abrir con un aumento del 8,59%, registrando la mayor subida diaria del selectivo en 15 años, desde el 10 de mayo de 2010. Tras estabilizarse, la jornada mostró un repunte que se igualaba al vivido en marzo de 2020, cuando los mercados sufrieron el impacto inicial de la pandemia de COVID-19.
El jueves comenzó marcado por la decisión sorpresiva de Donald Trump de anunciar una tregua de 90 días en la aplicación de los aranceles a la mayoría de países afectados, dejando por el momento un arancel universal del 10% y enfocando su agresión solo en China, con aranceles del 125%. El anuncio llegó después de que las bolsas europeas cerraran la jornada en rojo, pero provocó una explosión de optimismo en Wall Street, con alzas sin precedentes del 9,5% en el S&P 500 y un espectacular 12% en el Nasdaq Composite. Esta dinámica se trasladó rápidamente a las bolsas europeas, con el Nikkei japonés ganando un 8,99%, lo que anticipaba un día de fuertes subidas en los mercados continentales.
Subidón bursátil en Wall Street
Lo que empezó como un día más de vértigo en los mercados acabó siendo una auténtica fiesta financiera. Donald Trump, en uno de esos giros marca de la casa, anunció una pausa de 90 días en los aranceles (con una excepción importante: China), y los índices de Wall Street reaccionaron como si les hubieran inyectado adrenalina pura. El S&P 500 se disparó un 9,52%, su mejor jornada desde 2008, mientras el Nasdaq se marcó un +12,16%, subidón que no veía desde enero de 2001. Y sí, ambos salieron de su mood bajista con estilo.
Todo esto llegó tras una mañana caótica. El S&P 500 iba como en montaña rusa, subiendo y bajando a ritmo de tweet, y el Nasdaq apenas lograba aguantar el tipo. Hasta que Trump escribió en Truth Social: «¡Es un buen momento para comprar!». Poco después, confirmaba la pausa de los gravámenes… y boom.
En este rally histórico, los auténticos protagonistas han sido los “Siete Magníficos”:
Tesla voló un 22,64%,
Nvidia +18,72%,
Apple +15,33%,
Meta +14,76%,
Amazon +11,98%,
Alphabet +10,13%,
Microsoft +9,63%.
El Dow Jones también se sumó a la fiesta con un +7,87%, aunque Johnson & Johnson, con un tímido +0,65%, prefirió mirar desde la barra.
La euforia no se quedó solo en EE.UU. Europa y Asia se contagiaron rápido. El Ibex 35 amanecía con futuros subiendo un 6%, mientras el Euro Stoxx 50 y el Dax alemán apuntaban al +8% y +7,5%, respectivamente. En Asia, el Nikkei japonés se pegó un subidón del 9%, el Kospi coreano +6% y el Hang Seng de Hong Kong +2,6%.
A pesar del entusiasmo, hay quien mantiene los pies en la tierra. Desde JP Morgan avisan: esto es solo “el final del principio”. Y es que la guerra comercial entre EE.UU. y China no se ha terminado ni mucho menos. De hecho, Pekín ya ha puesto en marcha nuevos aranceles que afectan al 84% de los productos estadounidenses.
Mientras tanto, el dólar flojea frente al euro (–0,3%), y el petróleo, que había subido un 4% tras la noticia, retrocede un 0,6% hasta los 65 dólares el barril. En los bonos, la cosa sigue tensa: la rentabilidad del bono a 10 años de EE.UU. se relaja, pero aún está por encima de los niveles del viernes pasado.
Y aunque Goldman Sachs ha rebajado la probabilidad de recesión del 65% al 45%, los analistas no se fían del todo. La subida de las bolsas puede ser un parche, pero no borra las señales de desaceleración. La inversión empresarial y el gasto de los hogares están tocados, y según una encuesta de Reuters/Ipsos, tres de cada cuatro estadounidenses creen que los precios van a seguir subiendo.
Así que sí, Wall Street ha vivido uno de sus días más épicos en años. Pero esto es economía global en modo thriller: cada día puede dar un giro inesperado.
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