Portugal reintroducirá exenciones fiscales para extranjeros cualificados

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El nuevo gobierno de centroderecha de Portugal, que asumió el poder en marzo, está considerando mantener las exenciones fiscales para residentes extranjeros, pero con un cambio significativo: las pensiones de jubilación quedarán excluidas de estas ventajas fiscales.

El gobierno anterior, encabezado por Antonio Costa, había anunciado en octubre de 2023 la eliminación de estas exenciones por considerarlas «injustas», aunque finalmente decidió prorrogarlas un año más. La razón principal para eliminar estas exenciones era mitigar ciertos efectos económicos nocivos, como la presión sobre el mercado de la vivienda. Según el Financial Times, el actual primer ministro, Luis Montenegro, planea anunciar este jueves la intención de seguir aplicando las ventajas fiscales para atraer a personas con alto poder adquisitivo, con la excepción de las pensiones.

Joaquim Miranda Sarmento, ministro de Finanzas de Portugal, explicó al Financial Times que el objetivo del Ejecutivo es atraer a trabajadores altamente cualificados al país, ofreciendo un régimen fiscal especial con un impuesto a la renta del 20%, en comparación con el 48% del tipo máximo general. Esta medida beneficiará a los ingresos salariales y laborales, pero excluirá los dividendos, las plusvalías y las pensiones. Además, los ciudadanos portugueses que hayan vivido en el extranjero también podrían beneficiarse de ventajas fiscales especiales.

Un punto controvertido

La exención fiscal a las pensiones fue uno de los puntos más controvertidos de la medida original, introducida en 2009 para ayudar a Portugal a recuperarse de la crisis financiera. La exención fiscal atrajo a muchos jubilados extranjeros, quienes dejaban de pagar impuestos en sus países de origen, lo que generó quejas internacionales de países como Finlandia y Suecia. A nivel nacional, se criticó que esta medida contribuía al envejecimiento de la población y aumentaba la presión sobre el sistema sanitario.

Para beneficiarse de la ley anterior, los solicitantes debían convertirse en residentes fiscales en Portugal, pasando más de 183 días al año o teniendo una vivienda permanente en el país, pero manteniendo su domicilio legal en otro lugar. Según Sarmento, el nuevo plan fiscal no interfiere con los esfuerzos del gobierno para abordar la crisis de vivienda, que ha llevado a una ‘fuga de cerebros’ de jóvenes incapaces de encontrar viviendas asequibles.

El gobierno minoritario de Montenegro necesitará apoyos o abstenciones suficientes para aprobar esta medida en el parlamento, enfrentándose a un arco parlamentario complicado. Para lograrlo, necesitaría el respaldo del Partido Socialista, que previamente derogó la medida, o del partido de extrema derecha Chega, que generalmente se opone a las exenciones fiscales.

En su boletín económico de junio, el Banco de Portugal advirtió que, según las nuevas reglas fiscales de la UE, no debería haber espacio para gastos adicionales o recortes de impuestos que no sean compensados por otras medidas.

Lo que no está en los planes del gobierno es revertir el fin de las ‘golden visa’, un programa que permitía a los inversores extranjeros obtener permisos de residencia a cambio de adquirir propiedades por un valor mínimo de 500.000 euros.

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