Repsol ha cerrado el primer semestre de 2025 con un beneficio neto de 603 millones de euros, lo que representa una caída del 62,9% respecto al mismo periodo del año anterior. La fuerte contracción se atribuye a una combinación de factores que han tensionado las cuentas de la energética: un entorno macro marcado por la inestabilidad, la corrección a la baja del precio del crudo, la caída en los márgenes de refino y química. Un apagón eléctrico sin precedentes en la Península Ibérica, que supuso un impacto directo de 175 millones de euros en sus resultados.
Este descenso marca un giro notable respecto al mismo periodo de 2024, cuando la compañía capitalizaba aún los altos precios de la energía postpandemia. Ahora, el escenario ha cambiado. Los precios del Brent se han moderado de forma significativa, las tensiones geopolíticas han derivado en una mayor prudencia inversora. La competencia en el sector energético global sigue intensificándose. En este contexto, Repsol ha tenido que reajustar sus previsiones y reordenar prioridades.
El apagón afectó al sistema eléctrico y a Repsol
El apagón eléctrico, registrado en abril y con origen en una avería masiva de infraestructura crítica, afectó al sistema eléctrico de toda la Península durante varias horas. Aunque la compañía no fue directamente responsable del suceso. Su exposición operativa a la red ibérica ha dejado una huella clara en el semestre. El propio consejo de administración lo ha calificado como un «evento extraordinario», pero ha reconocido su impacto inmediato en los flujos operativos y logísticos.
En paralelo, la reducción de los márgenes de refino y química ha presionado los ingresos del negocio industrial. Uno de los principales motores de rentabilidad de Repsol en los últimos ejercicios. La menor demanda de productos refinados. Especialmente en Europa, ha coincidido con un exceso de capacidad que ha estrechado los márgenes de manera generalizada en el sector.
A pesar de estos obstáculos, la compañía mantiene su hoja de ruta. Repsol sigue avanzando en su estrategia de transformación energética, con un foco cada vez más claro en renovables, biocombustibles, hidrógeno verde y soluciones de descarbonización industrial. De hecho, en lo que va de año ha reforzado su presencia en varios proyectos clave en generación renovable en España y Latinoamérica, y continúa desarrollando sus hubs de innovación tecnológica.
Desde la dirección de la compañía insisten en que estos resultados, aunque más débiles, no alteran su compromiso con la disciplina financiera. La retribución al accionista ni su ambición climática. Repsol mantiene su objetivo de alcanzar cero emisiones netas en 2050 y asegura estar adaptando su modelo de negocio para reforzar su resiliencia frente a ciclos de mercado adversos.
A medio plazo, el grupo espera una recuperación progresiva, apalancada en la mejora de sus activos industriales. La estabilización del mercado energético y la consolidación de sus nuevas líneas de negocio. No obstante, reconocen que la incertidumbre global –tanto a nivel geopolítico como regulatorio y climático– seguirá marcando el ritmo del sector durante lo que queda de año.
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