El grupo suizo de artículos de lujo Richemont, propietario de marcas como Cartier, Montblanc o Van Cleef & Arpels, ha iniciado su ejercicio fiscal 2025 con una leve mejora en sus resultados, marcada por un comportamiento sólido en joyería y mercados occidentales, pero también por una caída en ventas de relojería y un descenso en Asia.
Entre los meses de abril y junio de 2025, la compañía suiza registró unas ventas netas de 5.412 millones de euros, lo que representa un incremento del 3% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. A tipo de cambio constante, el crecimiento habría sido del 6%, lo que pone de manifiesto el impacto negativo de la evolución de las divisas.
Por canales de distribución, la venta minorista –la más importante para el grupo– alcanzó los 3.734 millones de euros, un 3% más interanual. Las ventas mayoristas y regalías crecieron un 2%, hasta los 1.355 millones, mientras que el canal online minorista aportó 323 millones, con un aumento también del 3% respecto al año anterior.
Joyería impulsa el trimestre, mientras la relojería retrocede
Por segmentos de producto, la división de joyería, la principal fuente de ingresos de Richemont, volvió a ser el motor de crecimiento. Las ventas alcanzaron los 3.914 millones de euros, lo que supone un incremento del 7% interanual. En contraste, la división de relojes experimentó una caída del 10%, hasta los 824 millones, un dato que refleja la mayor debilidad de este mercado, especialmente en Asia y Japón.
Europa y América crecen con fuerza; Asia y Japón lastran resultados
A nivel geográfico, Europa se consolida como uno de los mercados más dinámicos para el grupo, con un incremento de las ventas del 11%, hasta los 1.295 millones de euros. También América registró un comportamiento positivo, con un crecimiento del 10%, alcanzando los 1.335 millones.
En cambio, el desempeño en Asia-Pacífico fue negativo, con una caída del 4%, hasta los 1.731 millones, mientras que Japón sufrió un retroceso más acusado del 13%, hasta los 527 millones. Estos datos confirman la desaceleración del consumo de lujo en Asia, afectado por la evolución económica y las incertidumbres geopolíticas.
Richemont no ha ofrecido previsiones concretas para el resto del ejercicio fiscal, pero continúa apostando por reforzar su canal minorista, digitalizar operaciones y consolidar su posicionamiento en joyería de alta gama, donde mantiene un claro liderazgo global.
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