La aerolínea low cost irlandesa Ryanair ha anunciado una modificación significativa en su política de equipaje: a partir de este mes de agosto, los pasajeros podrán llevar a bordo, de forma gratuita, bultos de hasta 40x20x30 centímetros, cinco centímetros más de alto que la medida anterior (40x20x25 cm). Esta nueva política eleva también la capacidad de los bolsos o mochilas pequeñas de 20 a 24 litros.
La medida responde, según ha confirmado la compañía a Europa Press, a un acuerdo entre varias aerolíneas para establecer un nuevo tamaño mínimo común de equipaje de mano, ligeramente superior al estipulado en la reciente normativa impulsada por la Unión Europea.
Para garantizar la aplicación de esta medida, Ryanair ha indicado que actualizará los medidores de equipaje en sus aeropuertos en las próximas semanas, permitiendo a los pasajeros comprobar el tamaño de su bulto sin temor a sanciones por unos pocos centímetros de más.
Más margen para el pasajero, pero sin eliminar las polémicas
Aunque la aerolínea defiende este cambio como un gesto hacia el cliente, lo cierto es que Ryanair ha sido durante años objeto de críticas por su estricta política de control de equipaje en el embarque. Muchos pasajeros han denunciado sobrecargos por maletas ligeramente fuera de medida, tanto en el caso del equipaje gratuito como del equipaje de cabina por el que ya habían pagado.
Cabe recordar que la compañía fue pionera en cobrar por la maleta de cabina, alegando que “no todos los pasajeros quieren viajar con tanto equipaje” y que por tanto sería “injusto” cargar un coste común a todos. Sin embargo, esta práctica ha sido sancionada en España por el Ministerio de Consumo, que impuso una multa y exigió la retirada de esta política. Dicha sanción, sin embargo, se encuentra recurrida judicialmente, por lo que no se aplicará hasta resolución firme.
Huelgas en el horizonte
Este anuncio llega en un contexto tenso para la compañía: el personal de tierra de Ryanair en Madrid ha convocado huelgas a partir del 15 de agosto, lo que podría afectar al funcionamiento de los aeropuertos durante uno de los picos de tráfico más intensos del verano.
Con este cambio, Ryanair busca ofrecer algo más de flexibilidad a sus pasajeros, pero la controversia en torno a sus políticas de equipaje, sumada a los conflictos laborales, promete mantener a la aerolínea bajo el foco en las próximas semanas.
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