STCLa movida en Telefónica sigue dando de qué hablar. Apenas unos días después del cambio de presidencia en la empresa, el gigante Saudi Telecom (STC) ha anunciado oficialmente que ya posee el 9,97% de las acciones de la teleco española. Lo ha hecho a través de un informe enviado a la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC), dejando claro que no solo vienen para invertir, sino que también quieren un asiento en la mesa del consejo de administración.
Con esta participación, Saudi Telecom se convierte en el segundo mayor accionista de Telefónica, justo detrás de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Y aunque el Gobierno español dio luz verde a esta operación en noviembre, los saudíes acaban de formalizar su intención de influir directamente en las decisiones estratégicas de la compañía.
Un paso más allá de ser “inversores pasivos”
En el informe presentado a la SEC, el grupo árabe deja entrever que, aunque de momento tendrán un rol pasivo, están abiertos a asumir un protagonismo mayor en el futuro. Según el documento, Luxco, la sociedad que canaliza la inversión de STC, quiere iniciar conversaciones con Telefónica para entrar al consejo de administración.
De hecho, cuando el Gobierno aprobó la compra, el fondo soberano saudí Public Investment Fund (PIF), principal accionista de STC, ya había insinuado que esta participación les daba derecho a un representante en el consejo. Pero esta es la primera vez que lo formalizan ante un regulador.
¿Qué buscan Saudi Telecom?
Aunque STC asegura que su compra de acciones es “con fines de inversión”, no cierran ninguna puerta. En su comunicación, detallan que podrían ampliar su participación en Telefónica o, dependiendo de cómo evolucione el mercado, vender parte o la totalidad de sus acciones. También dejan claro que están abiertos a discutir posibles estrategias con la dirección de Telefónica, incluyendo combinaciones de negocios o cambios en la estructura de capital.
Un proceso con varias capas
El documento presentado a la SEC incluye algunos detalles técnicos que pueden parecer confusos. Por ejemplo, STC afirma que ya posee el 9,97% de Telefónica, pero también menciona un contrato con Morgan Stanley para adquirir más acciones (283 millones adicionales). Eso sí, este segundo movimiento está condicionado a recibir aprobaciones regulatorias relacionadas con inversión extranjera directa y control de fusiones.
Lo que sí está claro es que la sociedad Luxco, propiedad al 100% de STC, es el vehículo utilizado para controlar las 565 millones de acciones totales en Telefónica.
Medidas para proteger los intereses de España
Para que la operación fuera aprobada, Saudi Telecom tuvo que llegar a un acuerdo con el Gobierno español para implementar ciertas “medidas paliativas” que protejan los intereses nacionales. Esto incluye garantías en aspectos clave como la seguridad y las infraestructuras estratégicas, según explicó en su momento Carlos Cuerpo, secretario general del Tesoro.
Además, STC ha señalado que financiará la compra de las acciones restantes con “fondos disponibles”, aunque no han dado más detalles sobre la procedencia de ese dinero.
Telefónica, en el punto de mira global
El interés de STC por Telefónica refleja cómo las grandes telecos europeas están en el radar de gigantes internacionales que buscan expandirse estratégicamente. Con casi el 10% del capital, los saudíes no solo quieren ser un socio silencioso, sino influir en una de las empresas clave de España.
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