La compañía Royal Dutch Shell ha negado este miércoles cualquier intención de adquirir a su rival BP, desmintiendo los rumores publicados por The Wall Street Journal que apuntaban a una posible fusión para formar una petrolera europea con una capacidad comparable a las estadounidenses ExxonMobil o Chevron.
La especulación generó un fuerte impacto inicial en el mercado bursátil: las acciones de BP se dispararon más de un 10% en la Bolsa de Nueva York, aunque horas después la subida se moderó al 1,67%, situándose en 30,33 dólares (unos 26,07 euros). En cambio, Shell sufrió una caída del 0,86%, cerrando en 69,54 dólares (59,76 euros), tras haber llegado a perder más del 4% durante la jornada.
«Estamos muy enfocados en aprovechar el valor de Shell centrándonos en mejorar el rendimiento, la ejecución y la simplificación«, declaró un portavoz de Shell a Bloomberg, quien insistió en que «no hay conversaciones» en curso y calificó la información como «nuevas especulaciones del mercado«.
De haberse llevado a cabo, la operación habría requerido que Shell pagara una prima del 20% sobre la capitalización bursátil de BP, que actualmente asciende a 78.190 millones de dólares (67.200 millones de euros). Además, el acuerdo habría enfrentado obstáculos regulatorios, debido a la elevada cuota de mercado combinada que resultaría en sectores clave.
Con este desmentido, Shell busca calmar al mercado y reafirmar su estrategia de crecimiento enfocada en eficiencia y simplificación, alejándose de maniobras corporativas de gran escala que puedan generar incertidumbre.
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