Talgo subcontratará gran parte del ‘mega contrato’ con Flix

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El fabricante ferroviario español Talgo subcontratará la mayor parte de la producción del ambicioso pedido de hasta 65 trenes de alta velocidad adjudicado por Flix, matriz de FlixTrain, y valorado en 2.400 millones de euros. La decisión representa un giro estratégico que podría reactivar vínculos con Magyar Vagon, el grupo húngaro que intentó adquirir la compañía en 2024 mediante una opa finalmente vetada por el Gobierno español por motivos de seguridad nacional.

Según fuentes del sector, los cinco primeros trenes del modelo Talgo 230 serán ensamblados en España, en instalaciones como Las Matas (Madrid) y Rivabellosa (Álava), aunque para el resto del pedido –que incluye hasta 60 unidades adicionales– se está buscando capacidad industrial fuera del país. Uno de los principales candidatos es Magyar Vagon, liderado por el empresario András Tombor, que dispone de hasta ocho centros de producción ferroviaria en Hungría y podría absorber gran parte de la carga de trabajo.

El contrato firmado con Flix contempla un primer tramo firme de 30 composiciones por 1.100 millones de euros, con opción a ampliar hasta los 2.400 millones. Los trenes están diseñados para circular a velocidades de hasta 230 km/h y operar de forma ininterrumpida en países como Alemania, Austria, Dinamarca, Países Bajos y Suecia. Cada unidad incluirá sistemas de basculación natural, cambio automático de ancho de vía, aire acondicionado, wifi y sensores de última generación conectados a un sistema de mantenimiento digital vía inteligencia artificial.

La sombra de la opa fallida y el papel de Magyar Vagon

La posible colaboración con Magyar Vagon supone un cambio de guion tras el rechazo de Moncloa a su opa en 2024. El consorcio húngaro formado junto al fondo estatal Corvinus bajo la denominación Ganz-MaVag, pretendía adquirir el 100% del fabricante español. Aunque inicialmente se planteó comprar el 40% en manos de Pegaso Transportation, la ley de opas española le obligó a lanzar una oferta pública al superar el umbral del 30%. El intento fue bloqueado por el Consejo de Ministros por motivos estratégicos, ante las sospechas de posibles vínculos entre la operación y la política exterior húngara próxima al Kremlin.

Tras la negativa, Magyar Vagon no logró revertir la decisión en los tribunales, pero no ha desaparecido del radar. La sobrecarga en las plantas españolas de Talgo, ocupadas principalmente con pedidos de la operadora Deutsche Bahn, ha llevado a la compañía a buscar socios externos para cumplir con los plazos del contrato con Flix. De este modo, el grupo húngaro podría entrar por la puerta de atrás como socio estratégico en la producción, pese al intento fallido de tomar el control accionarial.

Repercusiones para la industria española

Este movimiento genera preocupación en la industria ferroviaria nacional, en especial para las plantas de Talgo en España, que esperaban beneficiarse de una mayor carga de trabajo con este contrato. El Ejecutivo había mostrado su respaldo a una alternativa industrial nacional, liderada por un consorcio vasco que incluye a Sidenor, BBK, Vital y el propio Gobierno Vasco, con el objetivo de preservar la soberanía tecnológica y el empleo industrial. No obstante, dicha oferta aún no se ha materializado.

Por su parte, la posible fusión con Skoda Transportation se desvaneció hace meses, y no ha habido propuestas sólidas por parte de otros grupos europeos para asumir un rol relevante en Talgo. La operación con Magyar Vagon podría ser, en este sentido, una salida pragmática ante la falta de soluciones viables para ampliar la capacidad de producción.

Un contrato estratégico para Talgo y Flix

El contrato con Flix supone un balón de oxígeno para Talgo, que arrastra pérdidas de 7,1 millones de euros en el primer trimestre del ejercicio fiscal 2025, afectado aún por la provisión de 116 millones tras la sanción impuesta por Renfe. Además, prevé un mantenimiento integral de la flota durante 15 años, lo que podría convertirse en una fuente estable de ingresos a largo plazo.

Desde el punto de vista de Flix, esta adjudicación marcará un hito en su expansión ferroviaria. Según su CEO, André Schwämmlein, «la nueva flota marcará una nueva era para los viajes ferroviarios en Europa», mientras que Carlos de Palacio, presidente de Talgo, defendió el modelo 230 como «la mejor solución para mejorar la movilidad ferroviaria en el continente».

Próximos pasos de Talgo

Mientras los primeros trenes se ensamblan en España, Talgo y Flix mantienen la incógnita sobre dónde se producirá el resto de las unidades. La saturación industrial, las tensiones políticas pasadas y la necesidad de cumplir plazos empujan al fabricante a tomar decisiones no exentas de controversia.

Con el sector de alta velocidad europeo en pleno auge y una creciente competencia internacional, Talgo se juega en este contrato no sólo su solvencia industrial, sino también su posición como referente estratégico de la industria ferroviaria española.

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