Telefónica estudia la compra de Vodafone España

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Telefónica ha dado un paso clave en su estrategia de consolidación del mercado al contratar a AZ Capital para evaluar una posible compra de Vodafone España, actualmente en manos del fondo británico Zegona, según adelanta el diario Expansión. La operación, aún en fase preliminar, podría convertirse en la mayor integración del sector desde la fusión de MásMóvil y Orange.

La firma presidida por Marc Murtra ha encargado al banco de inversión de Jorge Lucaya que explore los beneficios estratégicos y financieros de adquirir a su histórico competidor. Esta maniobra responde al deseo de reforzar su posición en el mercado español y europeo en un contexto de presión inversora por la creación de grandes grupos con escala continental.

Desde su adquisición por Zegona en mayo de 2024 por 5.000 millones de euros, Vodafone España ha estado en el radar de grandes operadoras. La hipotética fusión reduciría a tres los principales operadores en España: Telefónica-Movistar, Masorange y Digi, lo que implicaría una menor rotación de clientes y menores costes comerciales (capex), al tiempo que mejoraría márgenes y valoración bursátil del sector.

Impacto en el Ibex 35 y otras compañías

La noticia ha despertado interés en el mercado bursátil. Telefónica, que figura entre los valores con mayor potencial del Ibex 35 según los analistas, podría ver reforzada su cotización en caso de consolidarse la operación. BBVA AM, CaixaBank y Santander UK también estarían atentos ante los posibles impactos en la competencia y valoración sectorial.

En paralelo, el mercado sigue pendiente de otras noticias corporativas: Urbaser lanza una refinanciación de 2.700 millones para retribuir a Platinum; Arriaga Asociados entra en concurso de acreedores; y start-ups tecnológicas como Chery y DAZN aparecen como candidatas a un Ibex más digital en el futuro.

Desafíos regulatorios y maniobras en Bruselas

La fusión Telefónica-Vodafone no estará exenta de obstáculos regulatorios. Con una cuota conjunta del 45% en fibra y en móvil, Bruselas tendría la última palabra. No obstante, el nuevo contexto político europeo —con la española Teresa Ribera al frente de Competencia— y los informes Letta y Draghi favorables a la consolidación, podrían allanar el camino.

Eso sí, el negocio empresarial de Vodafone (B2B), donde Telefónica ostenta entre el 60% y el 70% del mercado, tendría que ser escindido para superar los filtros comunitarios. Masorange sería la compradora natural.

Oportunidad única y efecto en el consumidor

Con la ventana regulatoria abierta y el apoyo tácito del Gobierno a una redistribución del espectro, Telefónica ve esta posible operación como una oportunidad histórica. La compra reduciría la competencia directa, pero también podría aumentar la estabilidad sectorial sin necesidad de subir precios.

La compañía confía en que las sinergias industriales y laborales —como las que ya aprovecha Masorange, con ahorros anuales de 500 millones— justifiquen la inversión y aporten valor a medio plazo. En un entorno donde el Euríbor y el precio de la luz preocupan al consumidor, una mayor eficiencia en telecomunicaciones podría resultar positiva también para los usuarios.

Una operación con impacto europeo

La posible compra tiene ramificaciones más allá de España. Desde el tipo de cambio euro-dólar y euro-peso colombiano hasta los movimientos en defensa y gasto en la OTAN, Europa busca empresas rentables capaces de competir globalmente. Telefónica quiere estar en el epicentro de esa transformación.

Y como dice un analista de Jefferies: “Es ahora o nunca. O Telefónica crece en su terreno o verá cómo otros lo hacen por ella”.

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