El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, planea relajar las normativas que obstaculizan el desarrollo de vehículos autónomos, beneficiando directamente a Tesla y su CEO, Elon Musk. Según Bloomberg, el equipo de Trump trabaja en una legislación que eliminaría restricciones clave, como las que limitan la fabricación de vehículos sin volante ni pedales.
Impulso regulatorio para coches sin conductor
Actualmente, las leyes federales permiten a los fabricantes producir solo 2.500 vehículos autónomos al año bajo exenciones específicas. Sin embargo, los intentos de aumentar este límite a 100.000 unidades han fracasado en el pasado. Con la nueva administración, la prioridad será crear un marco normativo que facilite la producción masiva de estos vehículos, una de las metas centrales de Tesla.
Elon Musk, quien anunció en octubre sus planes para lanzar robotaxis sin conductor a gran escala en 2026, ha pedido un proceso de aprobación federal más ágil. En respuesta, Trump ha nombrado a Musk y a Vivek Ramaswamy para liderar un nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental, con el objetivo de reducir la burocracia y promover políticas favorables a la innovación tecnológica.
Tesla, en alza gracias a la conducción autónoma
Desde la victoria electoral de Trump el 5 de noviembre, las acciones de Tesla han subido un 28%. Este lunes, 18 de noviembre, los títulos aumentaron otro 8% en las operaciones previas a la apertura de Wall Street.
Además de Musk, otros nombres destacados podrían involucrarse en la política sobre vehículos autónomos. Entre los candidatos a liderar el Departamento de Transportes se encuentran Emil Michael, exejecutivo de Uber, y los representantes republicanos Sam Graves y Garret Graves.
Un futuro prometedor, aunque con desafíos
A pesar del optimismo, los esfuerzos anteriores por regular la conducción autónoma a nivel federal no han tenido éxito. La legislación vigente limita el despliegue de modelos innovadores como el Cybertruck de Tesla. Sin embargo, con el respaldo de Trump, Musk podría avanzar hacia su visión de un mercado dominado por vehículos autónomos.
Este cambio regulatorio no solo beneficia a Tesla, sino también a la industria tecnológica en general, marcando un hito en la integración de inteligencia artificial y transporte.
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