Donald TrumpEl expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, vuelve a la carga con su guerra comercial y esta vez ha puesto en el punto de mira las exportaciones de alcohol desde España. Con un posible arancel del 200% sobre las bebidas alcohólicas de la Unión Europea (UE), las bodegas y destilerías españolas se juegan casi 400 millones de euros anuales en ventas al otro lado del Atlántico.
Todo esto viene después de que Bruselas aplicara un arancel del 50% al whisky estadounidense, lo que, como era de esperar, no le sentó nada bien al magnate. En su estilo habitual, Trump lanzó el aviso en su propia red social, acusando a la UE de ser “una de las autoridades fiscales y arancelarias más hostiles y abusivas del mundo, creada con el único propósito de aprovecharse de EE.UU.”.
España, en el ojo del huracán
Según fuentes del sector, el año pasado España exportó a EE.UU. unos 352 millones de euros en vino y cava, 6,7 millones en cerveza y 21 millones en licores. Además, el informe de la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) confirma que las exportaciones de vino crecieron un 7% en volumen y valor, alcanzando 67,3 millones de litros enviados al mercado estadounidense.
Pero si la amenaza de Trump se hace realidad, estos números podrían caer en picado. Y aunque el exmandatario no ha dado más detalles sobre cuándo o cómo se aplicarían estos aranceles, el simple anuncio ya ha encendido las alarmas en el sector.
Francia responde y la UE se prepara
Trump ha puesto el foco en Francia, principal exportador de bebidas alcohólicas de la UE, y desde París no han tardado en contestar. El ministro de Comercio francés, Lautent Saint-Martin, dejó claro en X (antes Twitter) que «Francia sigue decidida a responder con la Comisión Europea y nuestros socios», asegurando que no van a ceder ante las amenazas.
El problema de fondo es que este choque comercial no es nuevo. Todo empezó cuando la administración Trump impuso un arancel del 25% al acero y al aluminio europeo, lo que llevó a la UE a responder con tasas de entrada por 28.000 millones de euros. Desde entonces, el tira y afloja no ha parado.
Nuevas tasas de Trump en camino: ¿más leña al fuego?
Para rizar el rizo, Trump ha adelantado que en tres semanas anunciará otra ronda de aranceles, los llamados “recíprocos”. ¿Qué significa esto? Básicamente, que EE.UU. aplicará impuestos adicionales según los aranceles que cada país ponga a sus productos. Además de la industria del alcohol, también podría haber tarifas sobre coches, semiconductores, madera, productos farmacéuticos y cobre.
Este plan arancelario ha generado incertidumbre en los mercados, con retrasos, cambios de rumbo y decisiones impulsivas, como la amenaza de subir un arancel a Canadá que retiró horas después.
En este contexto, expertos como Lorenzo Bernaldo de Quirós, presidente de Freemarket, advierten que esta estrategia de guerra comercial «pone el freno al comercio mundial» y que no hay ningún caso en el que estas políticas hayan generado crecimiento económico real.
Con Trump, nada es definitivo hasta que se firma. Pero una cosa está clara: si sus aranceles entran en vigor, las exportaciones de alcohol españolas podrían recibir un golpe durísimo. Y la guerra comercial entre EE.UU. y la UE no hará más que escalar.
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