La Administración de Donald Trump ha confirmado su intención de facilitar la regulación de los coches autónomos, una medida que favorece especialmente a Tesla, el fabricante de vehículos eléctricos dirigido por Elon Musk. El secretario de Transportes, Sean Duffy, anunció el jueves la puesta en marcha de una nueva regulación destinada a crear un marco normativo federal único para los vehículos autónomos, en lugar de las actuales regulaciones estatales, que han sido un obstáculo para Tesla y otros fabricantes.
La nueva norma federal es uno de los principales deseos expresados por Musk en diversas ocasiones. Durante una conferencia con analistas en octubre de 2024, Musk admitió que, si Trump ganaba las elecciones y le daba responsabilidades en su Administración, buscaría simplificar el proceso de aprobación de los vehículos autónomos a nivel nacional. Según el magnate, esto no solo beneficiaría a Tesla, sino que también contribuiría a acelerar la adopción de la tecnología en toda la industria.
“Una aprobación nacional es importante. Es parte de la eficiencia del gobierno, voy a tratar de ayudar a que se mueva. Y será para todos, no solo Tesla”, comentó Musk en esa ocasión.
Normas más flexibles y mayor rapidez en las pruebas
El Departamento de Transportes ha declarado que las nuevas regulaciones reducirán la burocracia y acelerarán el desarrollo de los vehículos autónomos. Las empresas que desarrollan esta tecnología, incluidas Tesla y otras firmas estadounidenses, podrán quedar exentas de algunas normas federales de seguridad durante las pruebas de sus vehículos. Además, se simplificarán los requisitos de notificación de accidentes, un tema que ha sido fuente de controversia para Tesla, especialmente por los incidentes ocurridos debido a la falta de radares en sus coches, que pueden desorientarse en condiciones de mala visibilidad.
“Al simplificar el proceso de notificación de accidentes y ampliar el programa de exención existente, estamos permitiendo a los fabricantes de vehículos autónomos desarrollar sus productos más rápidamente”, afirmó Peter Simshauser, consejero jefe de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carretera (NHTSA). «Estos son los primeros pasos para hacer de Estados Unidos un entorno más acogedor para la próxima generación de tecnología automovilística”, añadió.
El anuncio de estas nuevas regulaciones llega en un momento clave para Tesla. Elon Musk, quien recientemente había reducido su tiempo dedicado al Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) debido a la caída de las ventas de la compañía, ahora se centrará aún más en la gestión de Tesla. A partir de mayo, Musk dedicará menos tiempo a sus responsabilidades gubernamentales y más a su empresa.
La implicación de Musk en la política, en especial como asesor cercano de Trump, ha tenido efectos negativos en Tesla, cuyos resultados financieros mostraron una caída significativa. Las ventas de coches de Tesla cayeron un 13% en el primer trimestre de 2025, y sus ingresos descendieron un 9% respecto al año anterior, alcanzando los 19.335 millones de dólares. Su beneficio neto cayó un 71%, hasta los 409 millones de dólares.
Impacto en el futuro de la industria automovilística
Con la nueva regulación, el gobierno de Trump busca fortalecer la posición de Estados Unidos en la carrera global por la innovación en vehículos autónomos, especialmente frente a competidores como China. La Administración asegura que este marco normativo facilitará la innovación tecnológica, reduciendo las barreras regulatorias que actualmente enfrentan las empresas, y permitirá a las empresas estadounidenses, como Tesla, liderar el camino en el desarrollo de esta tecnología.
Esta medida refleja no solo el estrecho vínculo entre Trump y Musk, sino también un compromiso con la modernización de la industria automotriz en EE.UU., mientras se promueve un entorno más competitivo y seguro para el desarrollo de los vehículos autónomos.
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