Von der Leyen sitúa la vivienda en el centro de la agenda europea y convoca cumbre regional

Ursula Von der LeyenGettyImagen

El nuevo mandato de Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea, iniciado en diciembre, ha incorporado una prioridad inédita en la historia comunitaria: la vivienda.

Para reforzar este compromiso, la dirigente alemana designó a Dan Jørgensen como primer comisario responsable del sector, con el objetivo de coordinar las respuestas frente a una crisis que golpea a millones de ciudadanos europeos.

En su discurso sobre el Estado de la Unión ante la Eurocámara, Von der Leyen confirmó la convocatoria de la primera Cumbre Europea de la Vivienda.

“Convocaremos la primera Cumbre de la Vivienda de la UE para garantizar que este tema ocupe un lugar prioritario en nuestra agenda”, afirmó, subrayando la necesidad de abrir el debate a legisladores, instituciones y sociedad civil.

La presidenta de la Comisión detalló tres líneas de actuación. En primer lugar, un plan europeo de vivienda asequible que persigue hacer el acceso a pisos y casas “más asequible, sostenible y de mejor calidad”, adaptado a las particularidades locales.

En segundo lugar, la revisión de las normas de ayudas de Estado para facilitar la construcción de viviendas y residencias estudiantiles.

Vivienda vs. Airbnb

Bruselas propondrá cambios en los contratos de alquiler de corta duración, con el fin de corregir los desequilibrios generados por plataformas como Airbnb, cuyas regulaciones actuales no han conseguido frenar la escalada de precios.

Von der Leyen alertó de la dimensión social del problema: “Una casa no es, únicamente, cuatro paredes y un tejado. Es seguridad, calidez, un espacio para familia y amigos. Es pertenencia. Pero para muchos europeos se ha convertido en una fuente de ansiedad”.

Recordó que desde 2015 el precio de la vivienda ha subido un 20% y que los permisos de construcción han caído un 10% en los últimos cinco años, indicadores que, a su juicio, confirman que no se trata solo de una crisis inmobiliaria, sino de “una crisis social” que erosiona la cohesión en la Unión.

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