MoncloaLa ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, planteó un enfoque conjunto para abordar el absentismo laboral, proponiendo que se trabaje en soluciones al hilo del proyecto de ley que reducirá la jornada semanal a 37,5 horas.
Durante su intervención en el foro “CREO 2025”, la ministra dejó claro que hay margen de actuación y que el debate debe formar parte del proceso legislativo.
“A mí me parece que podemos buscar formulaciones de la mano de la jornada laboral, de esa norma, para fijarnos un objetivo de reducción del absentismo», dijo la ministra.
Díaz reconoció que, aunque se convocaron mesas de diálogo social, hasta el momento no se propusieron medidas concretas para combatir el absentismo.
En ese sentido, apostó por vincular esta cuestión a la nueva norma de reducción de jornada, como forma de establecer objetivos comunes y dar una respuesta integral.
La ministra señaló también el papel que juegan factores estructurales como el envejecimiento de la población y las deficiencias en la sanidad pública.
Según explicó, los retrasos en la atención médica afectan directamente a las bajas laborales, y consideró que tanto el Gobierno como los agentes sociales coinciden en la necesidad de cambios en la gestión sanitaria.
Yolanda Díaz, sin marcha atrás
Sobre la rebaja de la jornada laboral, Díaz reafirmó que “no hay marcha atrás” y que el Ejecutivo sigue negociando con los grupos parlamentarios para su aprobación.
En respuesta a las críticas de algunas patronales, aclaró que se plantearon ayudas para facilitar la transición hacia las 37,5 horas semanales, aunque fueron retiradas al no llegar a un acuerdo en el diálogo social.
Ahora, esas medidas están siendo reconsideradas en la negociación política.
La titular de Trabajo también pidió revisar los efectos del salario mínimo y de la nueva jornada en las licitaciones públicas, subrayando la necesidad de compensaciones para quienes participan en estos procesos.
Por último, instó a los agentes sociales a subir los sueldos mediante la negociación colectiva, destacando que el SMI por sí solo no basta para alcanzar niveles salariales europeos.
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