El mercado laboral más precario de Europa, es más rico que España

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Tienen una de las tasas más altas de contratos temporales y de empleos a tiempo parcial de Europa, un nivel récord de pluriempleo y, aun así, un paro por debajo del 4% y una de las rentas per cápita más altas de la UE. ¿Contradicción? No si hablamos de Países Bajos, que parece haber encontrado la forma de darle la vuelta a lo que todos ven como precariedad en el mercado laboral.

El modelo neerlandés desafía la lógica del mercado laboral tradicional. Casi uno de cada cuatro trabajadores tiene contrato temporal y más del 40% curra a tiempo parcial, pero el país funciona como un reloj suizo: bajo desempleo, salarios altos, productividad brutal. España, por ejemplo, tiene menos temporalidad (15,2%), pero más paro y más frustración en el mercado laboral.

La precariedad que no lo es tanto

¿Cómo puede un mercado laboral tan “precario” generar tanto bienestar? Pues porque aquí la clave no es cuántas horas curras, sino cuánto produces por hora. Los neerlandeses producen más de 82 dólares por hora trabajada, prácticamente al nivel de EE. UU., mientras que en España nos quedamos en unos 60.

Y ojo, que no es porque trabajen más, sino mejor: tecnología, formación, eficiencia y sectores que suman mucho valor. En Países Bajos trabajar a media jornada no es un castigo, sino muchas veces una elección. Solo el 2,2% de los que curran a tiempo parcial lo hacen porque no encuentran jornada completa, frente al 46,6% en España.

Jóvenes con empleo, no con frustración

Aquí también ganan. El paro juvenil es muy bajo, y el modelo de formación dual (estudio + trabajo) está tan asentado que casi no hay ninis. Mientras en España el contrato parcial se ve como algo residual, en Países Bajos es una puerta de entrada de calidad.

Sí, el pluriempleo es alto (10,5%), pero eso también indica que hay oportunidades reales para complementar ingresos, y no tanto que sea por pura necesidad.

Productividad por bandera

La diferencia está en el modelo productivo: empresas eficientes, tecnología puntera y sectores hiper especializados. Algunos ejemplos:

  • Agricultura de alta tecnología: automatización, genética avanzada, exportación global.

  • Logística: el puerto de Róterdam y el aeropuerto de Schiphol son referentes mundiales.

  • Industria tecnológica: ASML, por ejemplo, domina el 90% del mercado mundial de litografía para chips.

  • Servicios financieros: Ámsterdam es un hub europeo en banca y gestión de activos.

Todo esto hace que Países Bajos tenga un PIB per cápita de 63.030 euros, muy por encima de Alemania, Austria… y casi el doble que el de España.

¿Despido libre? Ni de coña

Otro mito que se cae: Países Bajos no tiene despido libre, ni siquiera un marco super flexible. Para echar a alguien hay que pasar por juez o pedir permiso a la administración, salvo en casos extremos. Pero sí tienen una normativa clara que incluso garantiza el derecho al paro en caso de dimisión, cosa que en España suena a ciencia ficción.

Ahora bien, no todo es perfecto: muchos empleos temporales los ocupan extranjeros, que suelen tener peores condiciones, especialmente en alojamiento y salarios. La tasa de vacantes es altísima (4,2%), lo que atrae mano de obra de fuera, pero el acceso a derechos no siempre es igualitario. Esa dualidad entre locales y temporeros extranjeros es una de las sombras del sistema.

Conclusión: ¿precariedad o flexibilidad?

Países Bajos demuestra que la flexibilidad no tiene por qué ser sinónimo de explotación. Si el sistema productivo funciona, si hay innovación, formación y sectores de alto valor, tener un contrato parcial no es un drama: puede ser una ventaja.

Quizá la gran lección es esa: no se trata de currar más, sino de currar mejor.

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