El mercado laboral español cerró 2024 con un récord histórico en empleo y unas cifras de paro no vistas desde antes de la Gran Recesión. A primera vista, parece un logro digno de celebración: España lidera la creación de empleo en la Unión Europea, superando incluso a Alemania y Francia juntas. Sin embargo, esta «foto perfecta» tiene un reverso menos halagüeño.
Una holgura laboral que pesa como una losa
El dato que contrasta con los récords de empleo es la tasa de holgura laboral, una métrica que incluye no solo a los parados oficiales, sino también a quienes quieren trabajar, pero no buscan empleo activamente, a los subempleados que solo encuentran trabajos parciales y a otros grupos que quedan fuera de las definiciones tradicionales de desempleo. En España, este indicador afecta al 19,4% de la fuerza laboral ampliada, lo que equivale a 4,9 millones de personas.
Aunque esta cifra ha mejorado desde los picos alcanzados tras la crisis financiera y la pandemia, sigue siendo la más alta de Europa. Mientras que la media de la UE se sitúa en el 11,7%, países como Alemania marcan un envidiable 7%.
Más empleo, pero no siempre de calidad
Una parte importante de esta holgura laboral corresponde al subempleo: personas que trabajan a tiempo parcial, pero que necesitan más horas. Este grupo representa el 4,5% de la fuerza laboral ampliada en España, el porcentaje más alto de la UE después de Países Bajos y Finlandia. Sin embargo, en esos países el empleo parcial es culturalmente más aceptado y está mejor integrado en sus mercados laborales.
Además, España sigue liderando en paro juvenil y en desaprovechamiento de trabajadores en edades clave (25-54 años), con tasas significativamente superiores a la media europea.
¿Paro oculto o realidad estadística?
El debate sobre el «paro oculto» no es nuevo en España. Según Eurostat, hay 1,01 millones de personas inactivas que quieren trabajar, pero no cumplen los requisitos para ser consideradas desempleadas. Aquí radica una diferencia clave con los datos que maneja el INE, que solo considera «desanimados» a quienes explícitamente afirman que no buscan empleo por falta de expectativas.
Aunque esto pueda dar la impresión de que España «maquilla» sus cifras de paro, en realidad, el INE publica estas cifras bajo otros criterios estadísticos.
¿El mercado laboral más ineficiente de Europa?
Lo preocupante es que el problema no se limita a jóvenes o mayores. Todas las franjas de edad muestran niveles altos de holgura, lo que apunta a un problema estructural. El 17,1% de la fuerza laboral en edades de 25 a 54 años está desaprovechado, frente al 10% de la media de la UE.
Esto refleja una economía que, pese a generar empleo, no consigue aprovechar de manera eficiente el talento disponible. Ya sea por falta de oportunidades de calidad, subempleo o la desconexión entre la oferta y la demanda laboral, la situación no parece sostenible a largo plazo.
Un mercado laboral más allá de las cifras
El récord de empleo es real, pero también lo son los desafíos del mercado laboral español. Crear empleo es crucial, pero no suficiente: el enfoque debe estar en generar empleo de calidad, reducir el subempleo y hacer frente a las barreras estructurales que perpetúan la holgura laboral.
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