La propuesta de reducir la semana laboral a 37,5 horas está en el centro del debate económico y político en España. Según un análisis detallado realizado por los gestores administrativos, esta medida de modificar la jornada laboral podría representar un coste adicional significativo para las empresas del país.
Los gestores administrativos, liderados por Fernando Jesús Santiago Ollero, han calculado que la implementación de una semana laboral más corta tendría un impacto económico considerable. Basándose en una empresa tipo española con 4,5 empleados, cuyo salario medio se equipara al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), se proyecta que el cambio a una semana laboral de 37,5 horas resultaría en un aumento de costos para las empresas.
Costos importantes
Bajo el escenario actual de una semana laboral de 40 horas, la empresa hipotética necesita el equivalente a 4,5 empleados para cubrir las 180 horas semanales requeridas. Esto incluye cuatro empleados a jornada completa y uno a media jornada. Con el cambio a 37,5 horas semanales, la necesidad de personal aumentaría ligeramente a 4,8 empleados, ya que uno de los empleados a media jornada pasaría a trabajar el 80% de jornada completa.
El coste laboral anual por empleado se estima en 17.624 euros, lo que resulta en un total de 79.308 euros al año para la empresa tipo. Con la reducción de la jornada, este coste total aumentaría a 84.595,2 euros anuales, lo que representa un incremento de 5.287,2 euros, o un 6,7%.
Impacto a nivel nacional
Extrapolando este incremento a las aproximadamente 2,9 millones de empresas en España, los gestores administrativos calculan que el coste total para el tejido productivo ascendería a 15.332,9 millones de euros. Cada media hora de reducción semanal se estima que añadiría aproximadamente 3.000 millones de euros en costos para las empresas.
Otros efectos potenciales
Además de los costos directos de la nueva jornada laboral, los gestores administrativos señalan posibles efectos secundarios de la reducción de la semana laboral. Entre estos se incluyen un aumento en las horas extraordinarias como sustituto de las horas ordinarias faltantes, así como un incremento potencial en la economía sumergida en sectores con menor control horario.
Reflexiones finales
Fernando Santiago advierte sobre posibles repercusiones negativas en la productividad y el empleo si no se compensan adecuadamente estos costos adicionales para las empresas. Propone que el Gobierno considere ajustes en las cotizaciones sociales o en el SMI para mitigar el impacto económico de la medida.
En resumen, la propuesta de reducir la semana laboral en España plantea desafíos significativos para las empresas, que podrían enfrentar costos adicionales considerables. El debate continúa abierto mientras se evalúan las implicaciones económicas y sociales de esta medida.
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