La automovilística surcoreana Kia ha cerrado el primer semestre de 2025 con un beneficio neto de 2.871 millones de euros (4,661 billones de wones), lo que supone una caída del 19,2% respecto al mismo periodo del año anterior, cuando obtuvo 3.553 millones.
A pesar del retroceso en beneficios, la compañía logró incrementar su facturación hasta los 35.347 millones de euros (57,367 billones de wones), lo que representa un crecimiento del 6,66% interanual. Asimismo, las ventas globales alcanzaron las 1,58 millones de unidades, un 2% más que en los primeros seis meses de 2024.
En contraste, el resultado operativo descendió un 18,33%, situándose en 3.557 millones de euros (5,773 billones de wones), con una contracción del margen operativo, que pasó del 13,1% al 10,06%.
Ante estos resultados, la firma surcoreana ha advertido sobre la persistencia de la «incertidumbre del mercado global», aunque afirma que mantendrá una estrategia flexible, ajustando la producción a la demanda e impulsando incentivos centrados en la rentabilidad.
De cara al segundo semestre, Kia planea reforzar su apuesta por el vehículo eléctrico en Europa, destacando el lanzamiento del EV4 en el tercer trimestre como pieza clave para consolidar su presencia en un mercado cada vez más competitivo.
Con estos movimientos, Kia busca sostener su crecimiento comercial y adaptarse a un entorno volátil, priorizando tanto la eficiencia operativa como la innovación tecnológica.