El Rolls Royce Phantom conmemora en 2025 sus 100 años de vida y lo celebra en las citas más exclusivas para los automóviles clásicos e históricos, Villa d’Este en Italia o Goodwood en Inglaterra. Pero lo más sorprendente se ha generado en Oriente Próximo, un Phantom exclusivo y único que es un homenaje al encaje, ese tejido sutil y semitransparente, antes reducido a lencería o velos y ahora presente en cualquier prenda de moda.
La marca británica de lujo acaba de desvelar el único Phantom Dentelle, un encargo realizado por un cliente de Oriente en la oficina privada de RR en Dubái como regalo para su padre. Dentelle es el término en francés para designar el encaje o la puntilla y en la moda se utiliza habitualmente para designar ese tipo de tejido, mientras que se ha extendido a la gastronomía para designar una especie de galleta, sutil y agujereada.

Rolls Royce Phantom
La división Coachbuild de Rolls-Royce, el departamento de personalización ‘a medida’ de la marca británica del grupo BMW, recibió con cierta sorpresa esta petición, pero, como explica Michelle Lusby, diseñadora de Rolls-Royce Motor Cars en Dubai, “siempre decimos que la inspiración para personalizar un automóvil se puede encontrar en cualquier lugar, y después de más de dos décadas de este departamento, nuestros clientes demuestran constantemente lo cierto que es”.
La inspiración para este sutil y elegante pedido fue una pieza de encaje de alta costura. La tela tenía un raro dibujo con hojas, elementos florales tridimensionales y suaves detalles perlados. Las laboriosas texturas y sus suaves colores rosados formaron la base creativa tanto para el diseño interior como exterior de este Phantom.
Lusby explica que se trata de “un homenaje al encaje hecho a mano y usando el bordado, tradujimos este delicado material en nuestro buque insignia que también es en sí mismo una expresión de alta costura”.

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Para decorar el interior de este singular RR, los diseñadores de Bespoke, que es algo así como el taller de alta costura del fabricante británico, crearon una composición floral artesanal inspirada en los encajes. La pieza principal se ha realizado con más de 160.000 puntadas en capas a través de ocho técnicas diferentes para simular texturas de pétalos, helechos y encajes, con un brillo suave, similar a la seda, y detalles de perlas. Esta pieza decora los guarnecidos del interior. Entre los dos asientos traseros hay otra pieza de encaje con tema floral que cae como en cascada y que exigió unas 70.000 puntadas. Las rejillas de los altavoces están acabadas en oro rosa que combina con los tonos de los bordados.
Brienny Dudley, responsable de acabados interiores en Rolls-Royce Motor Cars, destaca que los bordados de este coche único fueron “muy complejos, están diseñados para capturar la luz a medida que te mueves alrededor del automóvil, o con los cambios de la luz mientras conduces, como el brillo de un vestido de alta costura bajo los flashes de la alfombra roja. “Aporta un notable sentido de movimiento y teatralidad”. El interior se completa con cueros suaves de color Sunrise y blanco, el monograma «RR» bordado en los reposacabezas de las cuatro plazas y madera de color Piano White para el salpicadero.

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Para el exterior del Phantom Dentelle, los artesanos de RR optaron por un acabado en dos tonos. La parte inferior de la carrocería está pintada en un color blanco con una capa superior que le da un aire cristalino y, para la parte superior, un color exclusivo rosado, también con una terminación brillante. El trabajo se termina con una línea intermedia pintada a mano con una rama con bayas de perlas, que reproduce el tema del encaje del interior.
Las llantas son también exclusivas, de 22 pulgadas, pulidas y con el centro del color rosa de la carrocería, además de una parte central de color blanco. La parrilla frontal está pulida y rematada por la escultura del Espíritu de Éxtasis en oro rosé; el mismo metal precioso se utiliza para las bandas de rodadura grabadas a medida.
El Phantom fue el segundo coche de Rolls-Royce y se lanzó en 1925, aunque Henry Rolls lo había empezado a desarrollar en 1921. Cien años después, sigue en el catálogo de la marca en su octava generación. En los años de la Belle Époque fue el coche favorito de las estrellas de cine, los millonarios y la realeza. Estuvo a punto de morir tras la II Guerra Mundial, pero lo salvó la Casa Real británica. En 1950 encargaron a la marca una limusina de representación que sustituyese a los viejos y obsoletos Bentley. RR fabricó el Phantom IV para Isabel II con chasis largo, carrozado por Mulliner y un motor de ocho cilindros en línea que hoy usa Carlos III. El coche de la reina de Inglaterra despertó el interés de otras casas reales y jefes de estado. Rolls-Royce hizo 18 unidades; dos están en España en el parque móvil de la Casa Real.

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La marca británica atravesó múltiples vicisitudes económicas en los últimos años del siglo XX hasta que la compró BMW en 1998, que la hizo resurgir en una nueva fábrica en Goodwood y creó un nuevo Phantom moderno y sofisticado, lleno de la tecnología que se espera en un coche del siglo XXI. Aunque se puede personalizar con los caprichos de quien esté dispuesto a pagarlos. El precio de esta unidad es un secreto, pero supera los 40 millones de euros.

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