El Museo de Orsay, una de las instituciones culturales más prestigiosas de París, es conocido por su vasta colección de pinturas impresionistas. Sin embargo, más allá de sus tesoros artísticos, el museo ofrece una experiencia culinaria única en un entorno histórico incomparable.
Situado en una antigua estación de ferrocarril convertida en museo en 1977, el edificio conserva elementos arquitectónicos originales que evocan su pasado, incluyendo el emblemático reloj gigante que corona la estructura. Este reloj, que formaba parte de la estación construida para la Exposición Universal de 1900, simboliza la innovación tecnológica de la época y ahora permite a los visitantes disfrutar de vistas impresionantes de la ciudad, observando el río Sena y otros puntos de interés como el Louvre, el Jardín de las Tullerías y el Sacré Coeur.
Café Campana: Una Fusión de Arte y Gastronomía
El Café Campana, situado a la salida de la Galería Impresionista, es uno de los espacios gastronómicos más destacados del museo. Diseñado por los hermanos Campana, renombrados diseñadores brasileños, este café combina la elegancia del estilo Art Nouveau con una atmósfera onírica. Con acceso incluido en la entrada del museo, los visitantes pueden deleitarse con un menú típico de brasserie parisina.
Entre las especialidades del café se encuentran la quiche de salmón y espinacas, quiche Lorraine y crozets con nata y níscalos, una pasta seca típica de la región de Saboya. La carta también incluye una amplia selección de postres y bollería clásica francesa, como la tarta de plátano y nueces, el flan parisino y la tarta de limón y merengue. Los precios de sopas y entrantes comienzan a partir de los 10 euros, mientras que los platos principales oscilan entre los 15 y 20 euros.
Le Restaurant: Un Viaje a la Belle Époque
Otra opción gastronómica dentro del Museo de Orsay es Le Restaurant, un espacio que data de 1900. Situado en el corazón de la antigua estación, este restaurante rinde homenaje a la tradición francesa con frescos de Gabriel Ferrier y Benjamin Constant en los techos del gran comedor y del salón. Las lámparas de araña, los techos pintados y los acabados dorados de esta sala, catalogada como monumento histórico, crean el escenario perfecto para degustar los platos de temporada elaborados por el chef Yann Landureau. Este restaurante ofrece una experiencia culinaria refinada y gastronómica, perfecta para quienes buscan disfrutar de una comida sofisticada en un entorno histórico.
Café de la Gare: Tradición y Modernidad
Ubicado bajo la nave del museo, el Café de la Gare combina el espíritu de la cafetería francesa con un servicio de autoservicio y venta en mostrador. Este café ofrece una carta amplia que satisface todos los gustos, desde el desayuno hasta la merienda. Los visitantes pueden elegir entre una variedad de bollería, wraps, baguettes, ensaladas de diferentes tamaños y una selección de postres, ideal para una pausa rápida antes de continuar explorando el museo.
Kiosque du Parvis: Bocados Rápidos y Deliciosos
Finalmente, en la plaza anexa al museo, el Kiosque du Parvis ofrece una selección de bocadillos, postres, bebidas y otros tentempiés como los falafeles. Este kiosko es perfecto para quienes desean reunir fuerzas antes de entrar al museo o disfrutar de un descanso rápido durante su visita.
El Museo de Orsay no solo es un tesoro de arte y cultura, sino también un destino gastronómico que ofrece diversas opciones para todos los gustos. Desde el elegante Café Campana hasta el histórico Le Restaurant, pasando por el acogedor Café de la Gare y el práctico Kiosque du Parvis, cada visitante puede encontrar un lugar que complemente su experiencia cultural en uno de los museos más emblemáticos de París.
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