Lanzado originalmente en 1968, el reloj Golden Ellipse de Patek Philippe ha dejado una marca imborrable en la historia de la Alta Relojería. Este año, el legendario modelo hace su esperado regreso, ahora adornado con un brazalete de oro que evoca las creativas versiones de los años 70.
La perfecta sinergia entre forma y función
En el universo de la Alta Relojería, las firmas suelen inclinarse hacia dos extremos: la forma y la función. La primera está ejemplificada por casas como Cartier, donde el diseño dicta la mecánica. En el otro extremo, tenemos a aquellas marcas que se centran en la funcionalidad, creando relojes que son verdaderos «contenedores» de complicaciones mecánicas. Sin embargo, solo unas pocas han logrado equilibrar estas dos facetas, y Patek Philippe es una de ellas. Este equilibrio es una de las razones por las que la marca goza de tanto prestigio entre los coleccionistas.
La colección Golden Ellipse: diseño atemporal
Dentro de la diversa colección de Patek Philippe, el Golden Ellipse se destaca por su diseño puro. Aunque modelos como el Calatrava y el Nautilus son más reconocidos, se podría argumentar que su fama radica en aspectos distintos: el Calatrava es el epítome de la sencillez clásica y redonda, mientras que el Nautilus es conocido por su carácter deportivo. En cambio, el Golden Ellipse es una celebración del diseño, manteniéndose relevante y elegante durante 56 años.
Un cambio revolucionario en Patek Philippe
La creación del Golden Ellipse en 1968 representó un punto de inflexión para Patek Philippe. Antes de su lanzamiento, la marca seguía la tradición de la industria relojera suiza de seleccionar cajas de proveedores para sus colecciones. Con el Golden Ellipse, Patek Philippe rompió esta norma al diseñar la caja y presentarla a su proveedor de confianza, iniciando un nuevo proceso creativo en la empresa.
El misterio del diseño del Golden Ellipse
El origen del diseño del Golden Ellipse tiene dos versiones. La más aceptada, según el biógrafo oficial de la firma, Nicholas Foulkes, es que su diseño se inspiró en la proporción áurea, una relación matemática observada en la naturaleza por los antiguos griegos. Esta proporción, considerada estéticamente perfecta, da nombre al reloj.
No obstante, existe una historia alternativa igualmente fascinante: el diseño del Golden Ellipse habría sido una creación del director del departamento de Electrónica de Patek Philippe en aquella época, inspirado por la forma de un cruce de carreteras en Estados Unidos visto desde un avión. Aunque esta versión es más mundana, añade un toque de humanidad y creatividad inesperada al proceso de diseño.
Un legado que perdura
Con su regreso, el Golden Ellipse no solo rinde homenaje a sus raíces sino que también reafirma su lugar en la alta relojería moderna. La adición del brazalete de oro de estilo setentero no solo aporta un toque de nostalgia, sino que también celebra la rica historia de innovación y diseño de Patek Philippe. Este renacimiento del Golden Ellipse seguramente capturará la imaginación tanto de los aficionados de siempre como de una nueva generación de entusiastas de los relojes.
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