Nada más cruzar el umbral de La Zambra Resort, uno tiene la sensación de haber llegado a un lugar fuera del tiempo. Situado entre los aires perfumados de jazmín de Mijas y las brisas cálidas del Mediterráneo, este hotel de cinco estrellas Gran Lujo no solo redefine lo que entendemos por escapada, sino que nos invita a vivir una experiencia profundamente sensorial, casi íntima.
En un mercado donde el lujo se reinventa a diario, encontrar un lugar que combine confort de alto nivel, gastronomía excepcional y una visión contemporánea del bienestar no es tarea sencilla. Por eso, cuando llegué a La Zambra Resort, situado entre las montañas de Mijas y el litoral de Marbella, supe que no estaba ante un hotel más: estaba ante un concepto.

La Zambra
Este 5 estrellas Gran Lujo, se presenta como un enclave estratégico tanto para el viajero que busca desconexión como para el profesional que desea reconectar con el valor de su tiempo. Pero lo que realmente distingue a La Zambra es su capacidad para combinar sofisticación, autenticidad andaluza y una visión gourmet sin artificios.
El trayecto desde Málaga apenas dura media hora, pero es suficiente para que el paisaje cambie radicalmente: del bullicio urbano al sosiego de la sierra andaluza. Mijas, con sus casas encaladas, se despliega como una postal viva a los pies del resort. La Zambra, recientemente renovado, emerge de esta estampa con elegancia serena: arquitectura blanca, líneas contemporáneas, y detalles que susurran tradición.
Con 196 habitaciones y suites que parecen suspendidas entre el cielo y las montañas, el resort se siente amplio y cálido a la vez. Mi habitación ofrecía una perspectiva magnética del paisaje con montañas suaves y, en la distancia, el mar insinuándose como un secreto.

La Zambra
Pero si hay un lugar que condensa el espíritu de La Zambra, ese es La Bartola, su pool club, con una piscina infinita, rodeada de camas balinesas, música suave y cócteles perfectamente elaborados logrando un ambiente de relajación genuina, sin caer en lo predecible. Aquí no se viene solo a tomar el sol, se viene a suspender el tiempo.
En el mágico enclave cercano a la piscina infinita disfrutamos de un momento que resume la conexión profunda entre cocina, territorio y experiencia sensorial, y ese fue el ronqueo del atún rojo de Almadraba.
Ronqueo: el arte de honrar al mar
Tuve la suerte de estar presente en una de las veladas más esperadas del año en La Zambra: la ceremonia del ronqueo, una ancestral técnica de despiece del atún rojo que se convierte en un espectáculo gastronómico y cultural.
Se trata de una ceremonia culinaria que pocas veces se vive tan de cerca: el despiece tradicional del atún, realizado en vivo por expertos cortadores, seguido de una cena degustación que eleva el producto al nivel de arte.
Realizado por los maestros cortadores de Balfegó, el proceso es casi hipnótico. Se escucha el característico sonido del «ronquido» del cuchillo contra el espinazo mientras se explican los cortes, la historia y la sostenibilidad detrás de esta pesca tradicional.

La Zambra
Pero lo mejor viene después: un exclusivo menú degustación que juega con texturas y temperaturas, donde el atún se presenta en forma de nigiris, sashimis y creaciones más atrevidas; cada bocado era un homenaje al mar y al saber hacer. El maridaje, con etiquetas como Château Miraval, terminó de construir una experiencia sensorial sin fisuras, donde cada plato era tan técnico como emocionante. El nivel de ejecución, presentación y narrativa gastronómica está a la altura de los mejores destinos gourmets del Mediterráneo.
Wellness e instalaciones para un nuevo estilo de vida
En un mundo donde el bienestar se ha convertido en el nuevo lujo, La Zambra no se queda atrás. Su spa de 2.000 metros cuadrados, posiblemente uno de los más completos de la Costa del Sol, ofrece un circuito de aguas espectacular, salas de tratamiento con productos locales y terapias diseñadas para equilibrar cuerpo y mente.
Para los más activos, el resort cuenta con gimnasio, pistas de pádel, clases dirigidas y acceso a campos de golf de primer nivel. Es fácil imaginar aquí una escapada de desconexión o una reunión de trabajo con enfoque regenerativo. La tecnología y el confort conviven con naturalidad.

La Zambra
Lo que propone La Zambra va más allá de unas vacaciones de lujo. Se posiciona como un nuevo modelo de hospitalidad, donde la autenticidad cultural, el sabor del territorio y una gestión de excelencia se combinan para generar valor emocional real. Algo que, para el viajero contemporáneo, ya sea por placer o por negocios, se convierte en un activo intangible pero profundamente deseado.
Es un lugar que invita no solo a quedarse, sino a volver con otros ojos. Como buen resort lifestyle, sabe hablarle al viajero hedonista y al profesional que busca inspiración sin renunciar al confort. Un equilibrio difícil de lograr, pero que aquí, sorprendentemente, se da con naturalidad. La Zambra Resort no es solo un destino para descansar, es un enclave estratégico para quienes buscan calidad, autenticidad y propósito en cada experiencia. Y en un mundo donde el lujo está en constante redefinición, lugares como este nos recuerdan que la excelencia, cuando se construye con alma, no necesita alardes. Solo dejarse vivir.
Quiero destacar que la atención es impecable, profesional sin rigidez, con un equipo que entiende que el lujo, hoy, se mide en cercanía y conocimiento.
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