Todos nos hemos imaginado alguna vez trepando los edificios de nuestra ciudad y desafiando la gravedad del entorno urbano al más puro estilo Spider-Man. A finales de la década de los 80, un grupo de amigos hizo de este sueño una disciplina real, que ha crecido a pasos agigantados hasta consolidarse en lo que es hoy en día: todo un fenómeno global. Para quienes no lo conocen, el parkour es una disciplina física y mental que consiste en desplazarse de un punto a otro de la manera más eficiente y creativa posible. Generalmente, se desarrolla al aire libre y en entornos urbanos, combinando movimientos acrobáticos como saltos, escaladas, volteretas o balanceos de la forma más fluida posible y solamente utilizando las capacidades del cuerpo.
Nació en Francia a finales de 1980 de la mano de David Belle y su grupo de amigos autodenominado Yamakasi. En total, fueron nueve los jóvenes que se atrevieron a poner a prueba este deporte por primera vez en la ciudad francesa de Lisses.
David es un reconocido coreógrafo, actor y doble de riesgo francés, que decidió romper con lo establecido y desarrollar una nueva disciplina. Lo cierto es que para ello realmente se inspiró en su padre, Raymond Belle, soldado francés de origen vietnamita.
Para su entrenamiento, el padre de David utilizaba diversos obstáculos siguiendo el modelo parcours du combattant, clásicas carreras de obstáculos que deben superarse lo más rápido posible y que solían emplearse como preparación militar. De esta forma, el propio nombre de este deporte deriva de la palabra parcours, que en francés significa ‘recorrido’.

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Muy pronto, este fenómeno comenzó a romper todas las barreras, llevando la práctica deportiva, que por aquel entonces se reducía a entornos como recintos deportivos o estadios, a la propia calle. A comienzos de los 2000, el grupo Yamakasi comenzó a popularizar la disciplina por todo el mundo a través de películas, reportajes y anuncios televisivos. En 2017, la Federación Internacional de Gimnasia incorporó el parkour como nuevo deporte dentro del ámbito de la gimnasia internacional. Un trámite que también seguiría, a su vez, la Real Federación Española de Gimnasia.
Las competiciones siguen dos modalidades: Parkour Speed y Parkour Freestyle. Tal y como indica su nombre, la primera de ellas consiste en completar el recorrido en el menor tiempo posible, mientras que en el estilo libre no se tiene en cuenta la velocidad, sino que se valoran otros aspectos como la originalidad, la habilidad y la creatividad. En este último, se necesitan jueces que evalúen la dificultad de los movimientos de cada traceur, que es el nombre que reciben los participantes.
Actualmente, alrededor de 100.000 traceurs practican este deporte en todo el mundo, según datos de la Asociación Mundial de Parkour. No obstante, se cree que son muchos más los que ponen a prueba un deporte que ya es todo un fenómeno global. En España, las cifras se mueven en torno a los 1.000 practicantes, datos muy similares a México. Como es lógico, el país que lo vio nacer es donde más se practica esta disciplina: Francia, con unos 3.000 traceurs. Inglaterra (2.500) y Estados Unidos (2.000) no se quedan atrás, y cierran el podio como los países donde el parkour está dejando mayor huella.
UN MERCADO AL ALZA
En los últimos años, el parkour ha evolucionado a una velocidad de vértigo, y hace mucho tiempo que ha dejado de ser una simple disciplina urbana. Hoy en día, se ha convertido en todo un fenómeno global y en una oportunidad de mercado emergente.
El interés en el parkour continúa creciendo exponencialmente, lo que ha dado lugar a diferentes oportunidades de negocio en todo el mundo. De hecho, el mercado de los deportes de acción, entre los que se incluye el parkour, registra una tasa de crecimiento anual del 6,5%.
Las oportunidades de negocio que ha generado este deporte van desde la creación de academias y gimnasios adaptados hasta la venta de ropa y accesorios especializados para su práctica. Estados Unidos ya ha comenzado a sacar provecho a este nicho, y diversas marcas deportivas ya han comenzado a diseñar líneas específicas de parkour, incluyendo accesorios como guantes de entrenamiento, protectores de muñeca, rodilleras o coderas.
Al ser un deporte tan estético y visual, muchos influencers y creadores han comenzado a subir contenido enfocado al parkour, y muchas plataformas están promoviendo cursos y tutoriales para principiantes.
Por otro lado, la práctica del parkour ha contribuido al rediseño de los entornos urbanos para una práctica segura, lo que está incentivando cada vez más a invertir en infraestructuras adecuadas.
No obstante, uno de los puntos que juega en contra a la hora de invertir en este deporte es su alto coste inicial. Montar un centro de entrenamiento de parkour no es barato, ya que requiere unas instalaciones, equipo y medidas de seguridad muy concretas. Según diferentes informes de la industria americana, montar un gimnasio de estas características en Estados Unidos conlleva unos costes desde 100.000 hasta 500.000 dólares, dependiendo de las dimensiones, la ubicación y los servicios que quieras ofrecer.
De la misma forma, la rentabilidad de un centro de parkour también puede variar significativamente en función de varios factores (ubicación, número de miembros, fuentes de ingresos adicionales y gestión general del negocio). Pese a ello, este mismo informe refleja que, según los últimos datos, el ingreso anual promedio de un propietario de gimnasio de parkour en EE. UU. se mueve en torno a unas cifras de aproximadamente 40.000 a 80.000 dólares.
Si estás pensando en abrir tu propio centro de entrenamiento de parkour, debes tener en cuenta que las zonas urbanas tienen mayor éxito y generan más beneficios que las zonas rurales. Esto se debe principalmente a una mayor densidad de población y a un mayor interés en disciplinas de este tipo.

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¿RUMBO A LOS ÁNGELES 2028?
Tal y como expresa su esencia, el parkour quiere seguir superando todo tipo de obstáculos que se crucen en el camino. El fulgurante crecimiento de este movimiento ha hecho que se marque un claro objetivo para los años venideros: llegar a convertirse en deporte olímpico.
Actualmente, el parkour es una disciplina integrada dentro de la Federación de Gimnasia. En los Juegos Olímpicos, los tres cupos de la gimnasia ya están ocupados por las modalidades artística, rítmica y trampolín. La normativa olímpica impide adoptar más de tres modalidades de una misma federación, lo que supone un gran impedimento en la carrera del parkour por estar en el mayor evento multideportivo internacional.
La Federación Internacional de Gimnasia no ha dejado de luchar en ningún momento, intentando incluir sin éxito esta disciplina en Tokio y París. No obstante, su candidatura parece cobrar mucha más fuerza en esta próxima cita olímpica. El parkour podría aparecer por primera vez en unos Juegos Olímpicos en Los Ángeles 2028, eso sí, solamente se estudia incluirlo como deporte de exhibición. Esto quiere decir que, sin tener la etiqueta de disciplina oficial, podría mostrarse al mundo entero para futuras citas olímpicas.
Más allá de ser solamente un deporte acrobático, el parkour se considera un modo de expresión personal y un estilo de vida activo. Uno de los objetivos más importantes de esta disciplina es la superación personal, romper con las barreras y los límites. Por ello, es muy recomendable tanto para niños como para adultos.
Por si fuera poco, también nos ayuda mentalmente. Principalmente, estimula nuestra capacidad creativa, fundamental a la hora de sortear obstáculos. Muchos estudios reflejan que también colabora a nuestro enfoque y concentración en el día a día, pero sin duda, la más importante es el desarrollo de la autoconfianza. Superar barreras y vencer miedos constantes fortalece la confianza personal y aumenta nuestra autoestima.
¿Te vas a animar a probarlo?