La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha dado un paso clave en su ofensiva contra los fraudes financieros al nombrar a Regina Rodríguez-Pomar como nueva directora del Departamento de Protección al Inversor Minorista y Educación Financiera, una unidad creada recientemente para reforzar la defensa de los pequeños ahorradores ante el auge de los chiringuitos financieros y la comercialización opaca de productos de inversión.
El nuevo departamento, dependiente de la vicepresidencia del organismo que ostenta Paloma Marín, se enmarca dentro del Plan de Actividades 2025 y se perfila como un pilar estratégico en la supervisión del mercado minorista. Según ha podido confirmar elEconomista.es, el nombramiento se ha producido tras un proceso de promoción interna, y Rodríguez-Pomar aportará su dilatada experiencia en la casa, donde ha ocupado cargos relevantes, incluida la subdirección de supervisión de entidades de crédito.
Rodríguez-Pomar ha tenido un papel destacado en la interlocución con la ESMA (European Securities and Markets Authority) en materia de normas de conducta y protección al inversor. Fuentes internas destacan su perfil técnico y su cercanía con anteriores presidentes del organismo, como Sebastián Albella.
El objetivo principal del departamento será reforzar la vigilancia y sanción contra los chiringuitos financieros —entidades que ofrecen servicios sin la debida autorización—, cuya proliferación ha repuntado un 32,5% en el último año, con 522 establecimientos detectados. Además, la CNMV intensificará el seguimiento sobre la comercialización de criptoactivos y vigilará a los cada vez más influyentes finfluencers, para garantizar que sus recomendaciones en redes sociales se ajusten a la normativa vigente.
En paralelo, el presidente de la CNMV, Carlos San Basilio, ha reclamado recientemente incentivos fiscales que estimulen la inversión minorista en bolsa española, como parte de una estrategia integral que combine educación financiera, regulación robusta y estímulos para canalizar el ahorro hacia la economía productiva.
La creación de este nuevo departamento marca un punto de inflexión en la hoja de ruta del supervisor bursátil, que se ha fijado 44 objetivos específicos para 2025, con la vista puesta en proteger más y mejor al inversor minorista en un contexto de creciente digitalización y sofisticación del fraude financiero.
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