En uno de los casos más impactantes de los últimos años en Singapur, el empresario multimillonario Ong Beng Seng, figura clave en la llegada de la Fórmula 1 (F1) al país, se ha declarado culpable de los delitos de cohecho y obstrucción de la justicia. La confesión del magnate ha puesto contra las cuerdas a las instituciones del país, conocido por su férrea política de «tolerancia cero» frente a la corrupción.
Ong, de 79 años y afectado por un mieloma desde 2020, admitió haber intentado encubrir pruebas que incriminaban al exministro de Transportes, Subramaniam Iswaran, a quien habría ofrecido una serie de regalos de alto valor mientras este presidía el comité encargado de decidir la renovación del Gran Premio de Singapur.
Regalos, favores y un viaje al Mundial
La investigación revela que, en diciembre de 2022, Ong invitó a Iswaran a Catar durante el Campeonato Mundial de Fútbol, costeando un viaje en jet privado, alojamiento en el Four Seasons de Doha y un regreso en primera clase a Singapur. Iswaran nunca declaró ni pagó estos favores, a pesar de estar legalmente obligado a hacerlo.
Cuando la Oficina Anticorrupción comenzó a seguir sus pasos en 2023, Ong intentó cubrir las huellas. Tras saber que las autoridades tenían acceso a los billetes de vuelo, Iswaran solicitó a Ong una factura falsa emitida por la organización del Gran Premio de Singapur para justificar el viaje. Incluso entregó un cheque de 5.700 dólares para aparentar que había pagado la experiencia, en un claro intento de obstrucción a la justicia.
La jugada no dio resultado: Iswaran fue condenado a 12 meses de cárcel por cinco delitos de corrupción. Cuatro de ellos están directamente vinculados a la aceptación ilícita de regalos. Ahora, tras meses de proceso judicial, Ong ha seguido el mismo camino, aunque su avanzada edad y problemas de salud podrían llevar a una conmutación de la pena.
Una trama que alcanza al poder
El escándalo ha sacudido los cimientos del Partido de Acción Popular (PAP), que ha gobernado Singapur desde su independencia. Iswaran, figura destacada en los gobiernos de Lee Hsien Loong (2004-2024), también ocupó carteras clave como Industria, Presidencia, Exteriores y Comunicaciones. Su caída ha manchado incluso al actual primer ministro, Lawrence Wong, quien también fue parte del gabinete de Lee.
De los hoteles al circuito nocturno
La influencia de Ong no se limitaba a la política. Dueño de algunos de los hoteles más importantes del país, también fue pieza clave en la creación del circuito urbano de Marina Bay, donde se celebra el Gran Premio de Singapur desde 2008. Su amistad con Bernie Ecclestone, el entonces dirigente de la F1, permitió transformar la carrera en un evento de referencia mundial: se corre de noche, bajo luces artificiales, para atraer a la audiencia europea y se considera uno de los más exigentes del calendario.
El circuito también ha sido escenario de grandes polémicas. La edición inaugural quedó marcada por el llamado ‘Crashgate’, cuando Nelson Piquet Jr. chocó deliberadamente para beneficiar a su compañero Fernando Alonso, que terminaría ganando la carrera. Aquel escándalo dejó una mancha duradera en la historia del evento.
Ahora, el Gran Premio de Singapur vuelve a estar en el centro del huracán. Pero esta vez, la sombra no es deportiva, sino profundamente política y judicial. La sentencia contra Ong Beng Seng se conocerá el próximo 15 de agosto, y podría marcar un antes y un después en la relación entre negocios, política y deporte de élite en el país.
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