Maggie SmithLa actriz británica Maggie Smith, reconocida mundialmente por su papel como la profesora Minerva McGonagall en la saga de Harry Potter, falleció la madrugada del 27 de septiembre a los 89 años en un hospital de Londres. Sus hijos, los actores Chris Larkin y Toby Stephens, dieron a conocer la noticia mediante un comunicado, destacando el profundo dolor de la familia por la pérdida de su madre y abuela.
Smith, una de las actrices más influyentes del cine y el teatro británico, obtuvo dos premios Óscar a lo largo de su carrera, además de múltiples galardones como cinco premios BAFTA, tres Globos de Oro y cuatro premios Emmy. Fue nombrada dama por la reina Isabel II en 1990 y miembro de la Orden de los Compañeros de Honor en 2014, lo que consolidó su legado en la cultura británica.
Además de sus icónicos papeles en Harry Potter y Downton Abbey, Maggie Smith apareció en más de 60 películas y 70 obras de teatro. En 2023, a los 88 años, protagonizó una campaña para la casa de lujo española Loewe, demostrando su vigencia como ícono de la moda.
La fortuna de Maggie Smith
Smith dejó una fortuna estimada en 20 millones de dólares, fruto de su carrera actoral y su participación en la industria de la moda. A pesar de su éxito, llevó una vida discreta en su casa campestre en Pulborough, West Sussex, donde pasó sus últimos años. La herencia será para sus hijos, tras haber enviudado en 1998 del dramaturgo Beverley Cross.
Además, Smith se dedicó a la enseñanza de la actuación a través de la academia Dame Margret Cross Productions, que en 2021 reportó activos por 13.600 millones de dólares, incluidos 13,1 millones en reservas de efectivo, según el Daily Mail. En cuanto a sus ganancias por las películas de Harry Potter, no hay cifras confirmadas, aunque en alguna ocasión bromeó diciendo que esas películas eran su «pensión».
Es probable que la herencia de Smith vaya a sus hijos, Chris Larkin y Toby Stephens, quienes también se dedican a la actuación. Smith quedó viuda en 1998 tras la muerte del dramaturgo Beverley Cross, con quien estuvo casada 14 años. Anteriormente, había estado casada con el actor Robert Stephens entre 1967 y 1975.
A pesar de su fama y fortuna, Maggie Smith llevó una vida discreta, alejada del lujo. Pasó sus últimos años en una casa campestre que compró junto a Cross en 1981, en Pulborough, West Sussex, un pequeño pueblo de poco más de 5.000 habitantes. Esta residencia, situada a dos horas de Londres, le permitió sobrellevar problemas de salud como la enfermedad de Graves-Basedow y el cáncer de mama, del que se recuperó en 2009.
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