La economía alemana continúa en una fase de debilidad, y el Bundesbank ha advertido que es posible que el país ya esté en una leve recesión, según su informe mensual de septiembre. A pesar de ello, los economistas del banco central no anticipan una recesión profunda ni prolongada. Sin embargo, destacaron que la economía sigue enfrentándose a «aguas difíciles», y es probable que el PIB del tercer trimestre se mantenga estancado o registre una ligera disminución.
Con una contracción del 0,1% en el primer trimestre del año, Alemania roza la recesión técnica, ya que solo se requieren dos trimestres consecutivos de caída del PIB para confirmarla. El informe subraya la debilidad en sectores clave como la construcción y la industria manufacturera, arrastrados por una demanda interna insuficiente, aunque el desempeño en la eurozona ha sido positivo. Además, la incertidumbre en torno a las políticas económicas ha frenado la inversión.
El índice ZEW, que mide el sentimiento inversor, reflejó un panorama pesimista, cayendo en septiembre a su nivel más bajo desde octubre de 2023. A esta situación se suman las dificultades de grandes empresas como Volkswagen y BMW, así como la paralización de la inversión de 30.000 millones de euros de Intel en una fábrica de microchips en Magdeburgo.
Estabilidad laboral
A pesar de que el mercado laboral se ha mantenido relativamente estable y los salarios han crecido por encima de la inflación, el consumo privado no ha repuntado, un factor clave para revitalizar la economía. El Bundesbank, sin embargo, confía en que la estabilidad laboral y el aumento del poder adquisitivo impulsarán el consumo en el futuro.
El presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, reconoció que las esperanzas de una recuperación en el segundo semestre se han desvanecido, y advirtió que el estancamiento económico podría persistir durante todo 2024.
El banco central revisará sus previsiones en diciembre, aunque ya anticipa que la inflación, que ha estado en niveles bajos, podría repuntar a finales de año debido al aumento de los precios de la energía. En junio, el Bundesbank estimaba un crecimiento del PIB del 0,3% para este año, mientras que el Gobierno alemán ya redujo su previsión a 0,2%, muy por debajo del 1,3% pronosticado en octubre de 2023.
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