El consejero delegado de Intel, Lip-Bu Tan, ha rechazado las acusaciones que motivaron la petición pública de dimisión inmediata por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien alegó un posible conflicto de intereses debido a presuntos vínculos del directivo con China.
En una carta dirigida a la plantilla del fabricante estadounidense de microprocesadores, Tan aseguró que existe «mucha desinformación» sobre su trayectoria, especialmente en relación con sus anteriores cargos en Walden International y Cadence Design Systems.
«Estamos colaborando con la Administración para abordar los asuntos planteados y asegurarnos de que cuenten con la información veraz», afirmó, subrayando su respaldo al compromiso de Trump con la seguridad nacional y económica de Estados Unidos.
El mandatario estadounidense había escrito en TruthSocial que «el consejero delegado de Intel se encuentra en una situación muy CONFLICTIVA y debe dimitir de inmediato. No hay otra solución», sin aportar más detalles.
Las críticas hacia Tan se intensificaron esta semana después de que el senador republicano Tom Cotton solicitara explicaciones a la junta directiva de Intel sobre posibles vínculos con China.
En particular, pidió aclaraciones por su etapa al frente de Cadence Design Systems, que en julio se declaró culpable de infringir los controles de exportación de Estados Unidos al vender tecnología a la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa de China.
La defensa del CEO de Intel
Tan, de 65 años, dirigió Cadence entre 2009 y 2021 y formó parte de su junta durante 19 años. También es socio director fundador de Walden Catalyst Ventures y presidente de Walden International.
En marzo de 2025 asumió el cargo de CEO de Intel, regresando a su consejo de administración tras una etapa fuera desde agosto de 2024.
Sustituyó a David Zinsner y Michelle Johnston Holthaus, quienes ejercieron como directores provisionales tras la salida de Pat Gelsinger en diciembre de 2024.
En su comunicación interna, Tan recalcó que la junta directiva «apoya plenamente» la labor de transformación que está liderando en Intel, empresa a la que llegó tras más de cuatro décadas en la industria tecnológica, siempre —afirmó— bajo «los más altos estándares legales y éticos»