El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha alertado sobre la «monumental» incertidumbre que afecta a la economía mundial y su impacto en la revisión a la baja de las proyecciones de crecimiento publicadas recientemente por la institución. Durante un acto organizado por la Autoridad Europea de Supervisión de Seguros y Pensiones de Jubilación (EIOPA), De Guindos ha señalado que Europa se encuentra «en una encrucijada» ante la necesidad de elevar el gasto en defensa sin comprometer la estabilidad fiscal.
Según ha explicado, la rebaja en las previsiones económicas del BCE se debe principalmente a la caída en la inversión, provocada por la falta de confianza derivada de la incertidumbre global, y a la ralentización de las exportaciones en el contexto de una incipiente guerra comercial. En este sentido, ha subrayado la importancia de analizar no solo las cifras, sino también los factores que las impulsan, destacando que «debemos ser más cualitativos que cuantitativos».
En relación con la inflación, De Guindos se ha mostrado optimista, asegurando que el proceso desinflacionario avanza adecuadamente y que la estabilidad de precios del 2% podría alcanzarse a finales de este año o mediados de 2025. No obstante, tras la reciente decisión del Consejo de Gobierno del BCE de reducir los tipos de interés en 25 puntos básicos, ha insistido en la necesidad de mantener un enfoque basado en datos, evaluando la situación reunión a reunión.
Respecto al contexto geopolítico, el vicepresidente del BCE ha advertido que el aumento del gasto en defensa debe acompañarse de una garantía de sostenibilidad fiscal, ya que una reacción negativa de los mercados podría traducirse en un aumento de la rentabilidad de la deuda, con consecuencias perjudiciales para la economía europea. «Es un reto que debe abordarse con equilibrio», ha afirmado.
Asimismo, ha expresado su expectativa de que esta nueva prioridad de gasto no afecte negativamente a la financiación verde y la transición ecológica, que deben seguir siendo ejes fundamentales de la estrategia económica de la Unión Europea. En este sentido, ha insistido en la necesidad de armonizar las distintas prioridades económicas para garantizar el crecimiento sostenible del bloque.
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