Los recientes ataques de Estados Unidos a instalaciones nucleares de Irán han generado un nuevo foco de inestabilidad energética global. Expertos en el mercado del crudo anticipan que los precios del petróleo subirán de forma inmediata, con un impacto que podría sentirse ya desde este domingo y consolidarse cuando reabran los mercados mundiales.
Según analistas de la firma estadounidense ClearView Energy Partners LLC, incluso un eventual acuerdo de paz entre Washington y Teherán no garantizaría la calma: “Podría no extinguir las brasas humeantes que provoquen futuros brotes de tensión”, lo que implicaría una prima de riesgo persistente para el crudo, superior a las vistas en episodios recientes.
El escenario más adverso contempla represalias directas de Irán, lo que, en palabras de ClearView, podría llevar a los mercados a “fijar el precio en vías de escalada que antes parecían inverosímiles”.
En este contexto, se espera que los futuros del crudo Brent, referencia mundial, abran por encima de los 77,01 dólares por barril, precio de cierre del viernes, salvo que haya giros diplomáticos de último minuto.
El impacto en los mercados bursátiles de Oriente Medio, por ahora, ha sido moderado. El índice bursátil de Kuwait cayó un 0,5%, mientras que en Omán apenas hubo movimientos. Sin embargo, los operadores energéticos ya centran su atención en posibles efectos colaterales, especialmente en la producción de gas en la región.
Uno de los puntos sensibles es el campo Leviatán en Israel, vital para el suministro a Egipto, cerrado desde el 13 de junio por seguridad tras los bombardeos israelíes contra Irán. El otro, el Estrecho de Ormuz, canal clave para el transporte global de crudo, donde Irán podría complicar la navegación. Informes recientes alertan sobre un incremento en las interferencias electrónicas (jamming), que estarían provocando fallos en las señales de navegación y obligando a los capitanes a reducir velocidad para evitar accidentes.
Además, persiste la amenaza de los rebeldes hutíes en el Mar Rojo, quienes han advertido que intensificarán sus ataques contra buques si EE. UU. continúa su ofensiva sobre Irán.
Este nuevo capítulo del conflicto en Oriente Medio amenaza con reavivar la inflación global, dificultando aún más los esfuerzos de los bancos centrales por contenerla, y marca el inicio de una semana de alta volatilidad para los mercados energéticos.
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