EE. UU. y China alcanzan un nuevo acuerdo para reducir tensiones comerciales

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Estados Unidos y China han alcanzado un acuerdo preliminar para implementar el consenso alcanzado en Ginebra el mes pasado, en un nuevo intento por rebajar las tensiones comerciales entre las dos mayores economías del mundo. El entendimiento fue anunciado este martes tras una maratoniana ronda de negociaciones celebrada durante dos días en la Lancaster House de Londres.

Hemos alcanzado un marco para aplicar el consenso de Ginebra”, declaró el secretario de Comercio de EE. UU., Howard Lutnick, en una rueda de prensa. En paralelo, el viceministro chino de Comercio, Li Chenggang, confirmó el pacto: “Ambas partes hemos acordado, en principio, un marco para su puesta en marcha”.

La negociación estuvo precedida por una llamada telefónica de 90 minutos entre los presidentes Donald Trump y Xi Jinping, en la que acordaron calmar la escalada de tensiones bilaterales que han afectado gravemente el comercio entre ambos países. No obstante, los detalles del acuerdo no han sido revelados, lo que deja incógnitas sobre su alcance y eficacia.

Uno de los puntos críticos es la disputa sobre las exportaciones de minerales de tierras raras e imanes, esenciales para la fabricación de tecnologías clave como vehículos eléctricos y componentes electrónicos. Washington acusa a Pekín de haber limitado dichos envíos en represalia por sanciones estadounidenses. “Esperamos sin lugar a dudas que este asunto quede resuelto con la aplicación del acuerdo”, afirmó Lutnick.

Como señal de distensión, Estados Unidos retiraría las medidas punitivas adoptadas en los últimos meses si China normaliza sus exportaciones. A cambio, Pekín podría suavizar las restricciones no arancelarias impuestas desde abril de 2024, aunque hasta ahora no se han retirado por completo.

La declaración de Ginebra no mencionaba directamente los minerales críticos, pero comprometía a China a eliminar sus contramedidas administrativas contra EE. UU.. En respuesta a incumplimientos, Washington había impuesto nuevas restricciones a las exportaciones de microprocesadores y tecnología y amenazado con cancelaciones masivas de visados a estudiantes chinos, medidas que ahora podrían reconsiderarse.

Ambas delegaciones elevarán ahora el acuerdo a sus respectivos mandatarios para su validación definitiva, según confirmaron tanto Lutnick como Li Chenggang. De aprobarse, daría paso a su implementación práctica.

La guerra comercial ha dejado huella en los flujos comerciales bilaterales: el déficit estadounidense con China cayó drásticamente en abril hasta 17.185 millones de dólares, y las exportaciones chinas a EE. UU. se desplomaron un 31,5% en mayo, según la Oficina de Aduanas de China. Las importaciones chinas desde EE. UU. también bajaron un 18,1% interanual ese mismo mes.

Este nuevo entendimiento, aunque provisional y sin detalles públicos, representa un paso significativo hacia la desescalada, aunque queda por ver si se traducirá en compromisos concretos y sostenibles.

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