El secretario de Estado de Energía, Joan Groizard, ha confirmado que el Gobierno mantiene intacto el calendario de cierre de las centrales nucleares españolas, pactado en 2019, debido a la falta de viabilidad económica del sector. “Entonces no les salían los números y ahora siguen sin salirles”, ha afirmado Groizard en una entrevista en la Cadena COPE, descartando cualquier negociación formal con las eléctricas.
Pese a los recientes contactos entre las compañías energéticas y el Ministerio de Transición Ecológica, el Ejecutivo insiste en que no hay una propuesta oficial por parte del sector para ampliar la vida útil de las plantas. Groizard acusa a las empresas de “escenificar ante la prensa” un falso debate, con el objetivo de evitar la responsabilidad del cierre. Según el secretario de Estado, lo que realmente buscan es una reducción fiscal y que parte de los costes del desmantelamiento nuclear se socialicen, una posibilidad que el Gobierno rechaza de plano.
Cierre gradual y planificado
El plan actual prevé el cierre progresivo de las siete centrales nucleares entre 2027 y 2035, empezando por Almaraz y concluyendo con Trillo. “Nadie está planteando cerrar de golpe los 7 gigavatios de capacidad”, aseguró Groizard, quien defendió el calendario como “gradual, escalonado y técnicamente viable”.
El Gobierno sostiene que su estrategia energética se basa en renovables, que ya son más competitivas en costes y permiten garantizar el suministro. Las tres condiciones que fija el Ejecutivo para revisar el calendario nuclear son claras: cumplimiento de los estándares de seguridad, garantía de suministro y que no haya coste para el consumidor. Según Groizard, ninguna de estas se cumple hoy en las propuestas informales del sector.
El contraste con Francia y el debate del uranio ruso
Al ser preguntado por el impulso nuclear en países como Francia, Groizard señaló que cada país debe centrarse en sus fortalezas. “Francia tiene una gran industria nuclear, apuesta por ella aunque le salga más caro”, apuntó. En cambio, España apuesta por las energías renovables como fuente de independencia y seguridad. También advirtió que gran parte del uranio utilizado procede de Rusia, un aspecto que, según él, no está recibiendo suficiente atención en el debate público.
Empresas no tiran la toalla
A pesar del posicionamiento del Gobierno, Iberdrola y Endesa, principales propietarias del parque nuclear español, no dan el debate por cerrado. Ambas compañías mantienen contactos con el Ejecutivo, conscientes de que en marzo de 2026 vence el plazo para solicitar la renovación del permiso de explotación de Almaraz, que debería cerrar un año después si no se acuerda una prórroga.
El acuerdo de 2019, suscrito por las compañías y Enresa, fijó un cierre ordenado que incluye también las centrales de Ascó I y II, Vandellós, Cofrentes y Trillo. Por ahora, el Gobierno no contempla ningún cambio.
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