El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, defendió el papel clave del euro digital como una herramienta esencial para fortalecer la autonomía estratégica de Europa y de sus sistemas de pago.
Durante su intervención en el V Observatorio de las Finanzas, organizado por El Español e Invertia, Escrivá subrayó la importancia de consolidar un modelo que refuerce la soberanía europea en materia monetaria.
“¿Qué hay más importante en la identidad de Europa que su propia moneda?”, planteó, enfatizando que la digitalización del euro evitaría una dependencia excesiva de entidades no europeas en el ámbito de los pagos.
El euro digital se concibe como un medio de pago respaldado por el Banco Central Europeo (BCE) que permitiría transacciones seguras y sin restricciones dentro de la eurozona.
Según explicó Escrivá, actualmente el 40% de los pagos en Europa se realizan en efectivo y un 46% con tarjetas de crédito.
Sin embargo, el 70% de las operaciones con tarjetas dependen de marcas extranjeras, al igual que los pagos digitales a través de plataformas como Google Pay o Apple Pay, lo que reduce la independencia del sistema financiero europeo.
Cómo viene el Euro Digital
El desarrollo del euro digital consta de cinco fases, encontrándose ahora en la tercera, que es la previa a su posible implementación.
Se prevé que funcione como un activo adicional a los billetes en el balance del BCE, distribuido a través del sistema bancario europeo y compatible con soluciones de pago privadas.
Uno de los aspectos más destacados del proyecto es la seguridad y privacidad en las transacciones.
Escrivá aseguró que el BCE no tendrá acceso a la información de los pagos realizados con el euro digital, asemejándose al uso del efectivo entre particulares.
Además, los ciudadanos podrán utilizarlo sin conexión a Internet, lo que refuerza su carácter anónimo.
El acceso al euro digital será gratuito para los ciudadanos, con pagos instantáneos disponibles 24/7.
No obstante, las entidades bancarias seguirán supervisando las operaciones para cumplir con normativas de prevención de blanqueo de capitales.
El BCE y el Eurosistema asumirán una inversión de varios miles de millones de euros para desarrollar la infraestructura tecnológica necesaria.
Además, se requerirá la modificación de regulaciones europeas, un proceso que ya está en marcha junto con el Consejo y el Parlamento Europeo.
Escrivá destacó que los bancos tendrán un papel central en la distribución de los monederos digitales y podrán cobrar por los servicios de intermediación.
Con su posible entrada en funcionamiento a partir de noviembre de 2025, el euro digital se perfila como una iniciativa clave para garantizar la soberanía económica europea y fortalecer su competitividad en el ámbito global.
© Reproducción reservada