España supera los 600.000 millones en inversión extranjera, con EE.UU. como principal inversor

El stock de inversión extranjera en España ha superado por primera vez los 600.000 millones de euros, lo que representa más del 40% del Producto Interior Bruto (PIB) del país, según ha informado este viernes la Secretaría de Estado de Comercio.

Esta cifra consolida a España como un destino de referencia para la inversión internacional y refleja la confianza del capital extranjero en la economía nacional. Según destacó la secretaria de Estado de Comercio, Amparo López, «las grandes empresas extranjeras generan ya más de dos millones de empleos en nuestro país, lo que demuestra el impacto positivo de esta inversión en el tejido productivo y laboral español».

Estados Unidos lidera la inversión en España

De acuerdo con los datos actualizados, Estados Unidos se mantiene como el mayor inversor extranjero en España, seguido por Reino Unido, Alemania y Francia. Las inversiones se concentran principalmente en sectores estratégicos como la industria transformadora, los servicios financieros y comerciales, así como en el ámbito de la energía, incluyendo tanto fuentes tradicionales como renovables.

Inversión extranjera en 2024

Durante el año 2024, la inversión extranjera bruta en España alcanzó los 36.813 millones de euros, mientras que la inversión neta se situó en 22.757 millones, lo que supone un descenso del 4,7% respecto a 2023. A pesar de esta ligera caída, el Gobierno considera que los datos reflejan un entorno económico estable y atractivo para la inversión productiva.

“España sigue siendo un destino seguro, competitivo y estable para la atracción de inversión extranjera productiva y generadora de empleo”, han señalado desde el Ministerio de Economía, subrayando la importancia de seguir reforzando la seguridad jurídica y la competitividad del país.

Con estas cifras, España consolida su posición como uno de los principales receptores de inversión extranjera en Europa, en un contexto de transformación económica marcado por la digitalización, la transición energética y la relocalización de la industria.