Los CEO españoles son más conscientes de los riegos éticos vinculados a la Inteligencia Artificial que sus pares en el resto del mundo, de acuerdo con una encuesta realizada por la consultora KPMG: 78% muestran preocupación por los peligros que implica el desarrollo de esta tecnología.
La lentitud con que avanza la regulación de la inteligencia artificial es uno de los principales obstáculos que ven dentro de sus organizaciones. En la encuesta global de KPMG esta preocupación es compartida por 61% de los CEO consultados, una media 17 puntos por debajo de los españoles.
Estos datos corresponden a la décima edición del KPMG CEO Outlook, una encuesta realizara a más de 1.300 altos ejecutivos de compañías con facturación anual superior a los 500 millones de dólares.
Responden a empresas presentes en mercados claves como Alemania, Australia, Canadá, China, España, Estados Unidos, Francia, India, Italia, Japón o Reino Unido; en sectores como automoción, banca, consumo y retail, energía, gestión de activos, industria, infraestructuras, life sciences, seguros, tecnología o telecomunicaciones.
¿Cómo se regula la IA?
En Europa la aprobación de un Reglamento de Inteligencia Artificial apenas se logró el 13 de marzo pasado, orientado a intentar garantizar la protección de los derechos de los ciudadanos.
En España, el Consejo de Ministros acordó el 15 de mayo la Estrategia de Inteligencia Artificial 2024, como un marco de acción dentro de la Agencia España Digital 2026.
El gobierno español ha dicho que la ciberseguridad es uno de los principales elementos para garantizar la confianza en la transformación tecnológica, principalmente en el área económica. Así, también se avanza en la creación de una ley específica que ofrezca un marco claro de regulación.
Los CEO españoles consideran que el uso de la inteligencia artificial puede ser un impulso para la innovación y la velocidad en el análisis de datos, que termine por desarrollar mayor rentabilidad. De acuerdo con el sondeo de KPMG, 60% de los altos ejecutivos en el país prevén invertir en IA sin importar la situación económica nacional.
Los efectos que esta nueva tecnología pueda ofrecer para estas empresas se materializarán dentro de los próximos tres años, de acuerdo con las estimaciones de los CEO. Descartan, sin embargo, que su uso tenga consecuencias negativas en los puestos de trabajo: 80% no cree que se vayan a reducir significativamente.
© Reproducción reservada