El presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, ha levantado la voz para cuestionar la presión fiscal del Gobierno sobre las empresas, advirtiendo que podría convertirse en un lastre para la economía española a medio plazo.
En un desayuno informativo organizado por la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE), este martes, 9 de abril en el Hotel Rosewood Villa Magna de Madrid, Bonet ha advertido sobre los riesgos de una carga fiscal excesiva sobre las empresas españolas, al tiempo que ha reivindicado la importancia de las pymes en la economía española y lamenta el impacto negativo del proceso independentista en Cataluña.
El presidente de la Cámara de España señaló que el fuerte aumento de impuestos y cotizaciones sociales implementados en los últimos años está siendo una carga excesiva sobre el principal motor de crecimiento del país, el sector empresarial.
Destacó que la economía española, aunque muestra robustos datos de crecimiento, se apoya significativamente en el turismo, lo que podría estar tapando las dificultades que enfrentan muchas pequeñas y medianas empresas (pymes) para ser viables. “Existen divergencias entre las cifras macroeconómicas y la evolución de los diferentes sectores”, indicó.
Estas empresas, según él, han visto aumentar sus costes de producción debido a los impuestos y no han podido trasladar estos aumentos a los precios, lo que ha afectado su capacidad de supervivencia.
Bonet enfatizó que la mayoría del tejido empresarial español está compuesto por pymes, que son menos visibles que las grandes multinacionales del Ibex pero constituyen una parte vital de la economía. También expresó su preocupación por la intervención del Estado en empresas como Telefónica, señalando que si es para ayudar, está bien, pero si es para intervenir, está mal.
En cuanto a la situación en Cataluña, Bonet lamentó el deterioro económico causado por el proceso independentista y expresó su esperanza de que las próximas elecciones marquen un cambio positivo. Subrayó que Cataluña ha perdido diez años y que ha perdido su liderazgo y relevancia, aunque tiene un potencial considerable para recuperarse.
Además, en su intervención, detalló los principales problemas que la economía española debe abordar: la garantía de estabilidad y seguridad jurídica, la gestión de la demografía en declive, el desacople entre la formación y las necesidades de las empresas, la reindustrialización y reducción de la dependencia exterior, la consolidación fiscal y la globalización.
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