La CNMC actualiza la normativa de control de tensión tras el gran apagón

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Después de años de inacción, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha aprobado una revisión clave en las normas técnicas que regulan el servicio de control de tensión en el sistema eléctrico español. Esta medida llega tras el histórico apagón del pasado 28 de abril, que dejó sin luz a millones de ciudadanos en la península ibérica y destapó graves deficiencias en los mecanismos actuales de protección ante sobretensiones.

La nueva norma, aprobada el 12 de junio, modifica los procedimientos de operación del sistema eléctrico, modernizando su estructura y estableciendo un marco retributivo para un servicio que llevaba sin actualizarse desde el año 2000. Expertos del sector consideran que, de haberse implementado antes, esta actualización podría haber evitado el incidente.

La CNMC ha confirmado que el nuevo marco obliga a todas las tecnologías —generación síncrona (térmica e hidráulica), asíncrona (como la solar o eólica) y la propia demanda eléctrica— a participar activamente en el control de tensión. Hasta ahora, solo debían mantener la generación o el consumo dentro de ciertos márgenes de energía reactiva. Esta revisión busca dinamizar el sistema, ampliar la disponibilidad de recursos y reducir costes para los consumidores a través de mercados locales de contratación de capacidad adicional.

El anuncio de la CNMC se produce apenas 48 horas después de que el Gobierno recomendara su implementación urgente como parte de las conclusiones del comité de investigación del apagón. El Ejecutivo subraya que la prestación de este servicio no recaerá únicamente en las centrales tradicionales, sino en cualquier instalación capaz de ofrecerla de forma más eficiente y competitiva, lo que fomentará la neutralidad tecnológica y la distribución geográfica del control.

La iniciativa parte de una propuesta inicial de Red Eléctrica de junio de 2021, que ya advertía de la necesidad de adaptarse a la fuerte penetración de energías renovables. El cierre progresivo de centrales de carbón y otras instalaciones capaces de controlar mejor la tensión ha contribuido, según los técnicos, al aumento de incidencias críticas como la del 28 de abril.

Además del nuevo protocolo, la CNMC advierte de penalizaciones a los generadores que no cumplan con las nuevas obligaciones. También se contemplan medidas para que la demanda eléctrica participe en el control de tensión, una estrategia que ya ha mostrado eficacia en los proyectos piloto de Red Eléctrica.

Sin embargo, la polémica continúa. Mientras Red Eléctrica asegura que el apagón podría haberse evitado con una mejor coordinación de las centrales tradicionales, estas niegan cualquier responsabilidad. El Gobierno ha señalado tanto a Red Eléctrica por falta de previsión como a las compañías eléctricas por la gestión de sus plantas y redes.

La CNMC, con competencias sancionadoras en el sector, ha iniciado una investigación para depurar responsabilidades. Esto ha generado controversia, ya que el mismo organismo encargado de imponer sanciones es también quien revisa los protocolos técnicos implicados.

El gran apagón del 28 de abril, desencadenado por tensiones prolongadas no contenidas por el sistema, terminó con la desconexión total de la península ibérica: un fenómeno sin precedentes que ha impulsado finalmente una reforma largamente pospuesta.

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