Estados Unidos ha encendido las alarmas en el mercado del oro tras decidir imponer aranceles a la importación de lingotes de un kilogramo, el formato más negociado en el Comex, principal mercado de derivados de este metal precioso.
La medida ha provocado un repunte inmediato en los precios de los futuros en Nueva York, que alcanzaron un máximo intradía de 3.534 dólares por onza troy, mientras que en Londres los valores se mantuvieron estables.
Según una carta de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), fechada el 31 de julio y citada por Financial Times, tanto los lingotes de un kilo como los de 100 onzas deben clasificarse bajo un código aduanero sujeto a aranceles.
Esta postura contradice las previsiones de la industria, que esperaba que este formato quedara exento de las tarifas fijadas durante la administración Trump.
El oro suizo
El impacto es especialmente significativo para Suiza, principal proveedor de lingotes de un kilo a Estados Unidos y centro neurálgico de la refinería mundial.
Washington aplica desde esta semana un arancel del 39% a las importaciones suizas, lo que incluye al oro.
En los últimos doce meses, Suiza exportó a EE.UU. oro por valor de 61.500 millones de dólares (52.752 millones de euros), lo que, bajo el nuevo gravamen, supondría unos 24.000 millones de dólares (20.586 millones de euros) adicionales en impuestos.
El comercio de lingotes sigue un patrón triangular: las barras de gran tamaño viajan entre Londres y Nueva York, pero pasan por Suiza para ser refundidas en formatos específicos para cada mercado.
En la capital británica se utiliza principalmente la barra de 400 onzas troy, mientras que en la plaza neoyorquina predomina la barra de un kilo.
Este último formato es el más afectado por la nueva clasificación arancelaria, ya que concentra la mayor parte de las operaciones en el Comex.
El fuerte incremento de costes podría reconfigurar el flujo global de oro, obligando a buscar rutas alternativas o nuevos centros de refinado.
Mientras tanto, los inversores en Nueva York reaccionan con cautela ante la posibilidad de que esta decisión impulse aún más la volatilidad en el precio del metal.
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