La UE enfrenta el desafío de la vuelta a las Reglas Fiscales: España Bajo la Lupa

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La Unión Europea se prepara para un año crucial en su regreso a las estrictas reglas fiscales, las cuales establecen que los países miembros no deben superar un déficit del 3% del PIB ni una deuda del 60% del PIB. En este contexto, la Comisión Europea ha manifestado serias dudas sobre la capacidad de España para mantener la trayectoria descendente de su deuda pública, advirtiendo que podría superar el 110% del PIB en 2034.

Preocupaciones por la sostenibilidad fiscal

En su análisis presentado en junio, la Comisión Europea alertó sobre los elevados riesgos para la sostenibilidad fiscal a medio plazo en España. Según sus proyecciones, aunque los niveles de deuda podrían descender ligeramente en los próximos años, se espera que experimenten un repunte significativo, alcanzando alrededor del 113% del PIB en 2034. Este aumento se atribuye en parte al déficit estructural primario, que se situará en el 0,8% en 2024, excluyendo el gasto en pensiones.

Impacto del gasto en pensiones y el efecto bola de nieve

El análisis también destaca que el gasto relacionado con las pensiones aumentará, afectando negativamente a las finanzas públicas. Sin embargo, se espera que el efecto bola de nieve, aunque decreciente, contribuya a esta situación hasta 2034, apoyado por los fondos del Plan de Recuperación. La Comisión Europea prevé que las necesidades de financiación pública de España aumenten durante este periodo, alcanzando el 21,5% del PIB en 2034.

Proyecciones y riesgos adicionales

Todas las estimaciones de la Comisión Europea indican que España superará sus niveles actuales de deuda. Las previsiones estocásticas sugieren un alto riesgo de que la deuda aumente en los próximos cinco años. Las simulaciones muestran que la ratio de deuda será más elevada en 2028 que en 2023, debido a los altos niveles iniciales de deuda.

El análisis también menciona riesgos adicionales, como el impacto de los altos tipos de interés en la deuda. Sin embargo, destaca algunos factores mitigantes, como la madurez de la deuda en los últimos años, recursos financieros relativamente estables y una base de inversión diversificada. Además, la Comisión sugiere que la implementación de la cláusula de cierre introducida en la reforma de las pensiones de 2023 podría ayudar a resolver algunos problemas de sostenibilidad fiscal relacionados con el gasto en pensiones. Asimismo, considera necesario mejorar la eficiencia fiscal del sistema sanitario español, pese a las contribuciones del Plan de Recuperación.

La urgencia de una estrategia fiscal creíble

La Comisión Europea ha subrayado que una senda fiscal creíble para España implica consolidación y medidas de apoyo. Los altos niveles de deuda continúan siendo un desafío para las finanzas públicas a medio plazo, por lo que adoptar una estrategia de consolidación adecuada es «una prioridad» para alcanzar una posición fiscal prudente y reducir la deuda.

Bruselas advierte que el crecimiento de los ingresos fiscales en los últimos años ha sido en parte temporal. Sin medidas de consolidación fiscal, la moderación en los ingresos fiscales dificultará la reducción del déficit en el futuro. En este sentido, la Comisión sugiere combinar reformas e inversiones para lograr un ajuste fiscal gradual. Las nuevas reglas fiscales, que se implementarán plenamente en 2025, tendrán este ejercicio como antesala para fijar los planes de ajuste de los próximos cuatro años.

Envejecimiento de la población y sostenibilidad fiscal

Bruselas también destaca que adoptar medidas de sostenibilidad fiscal se ha vuelto «más urgente» debido al envejecimiento de la población. La evolución demográfica llevará a un «alza significativa del gasto público». Además, la reforma fiscal podría ser una parte central de la estrategia de consolidación.

En conclusión, España enfrenta un desafío considerable para cumplir con las reglas fiscales de la UE y garantizar la sostenibilidad fiscal a medio plazo. La Comisión Europea insta a una combinación de medidas correctivas, reformas estructurales y una estrategia fiscal creíble para reducir el déficit y la deuda pública, y afrontar los retos demográficos y económicos del futuro.

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