La escalada comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea vive un nuevo episodio. El presidente Donald Trump ha amenazado con imponer un arancel del 17% a productos agrícolas europeos, en una medida que eleva la presión a apenas cuatro días de que venza la tregua arancelaria acordada en abril.
Según adelanta el Financial Times, Trump pretende con esta medida forzar a Bruselas a aceptar exenciones regulatorias para las grandes empresas estadounidenses y cerrar el déficit comercial que Washington considera inaceptable con el bloque comunitario.
Lo que no está claro aún es si esta nueva amenaza implica una rebaja respecto al arancel del 20% que se prevé activar el 9 de julio para todos los productos europeos, o si se trata de un gravamen adicional específicamente dirigido al sector agrícola.
Mientras tanto, el presidente estadounidense ha anunciado el envío de cartas oficiales a entre 10 y 12 países, advirtiendo de los nuevos aranceles. Las misivas comenzarán a enviarse esta misma semana y estarán completadas antes del 9 de julio, fecha límite marcada por la Casa Blanca para finalizar la moratoria de 90 días sobre aranceles “recíprocos”.
“Vamos a empezar a enviar cartas a varios países a partir de mañana”, declaró Trump a la prensa este jueves. “Los aranceles oscilarán entre un 10% y un 70%”, afirmó, sin especificar con qué criterios se aplicará cada nivel.
El endurecimiento del tono llega en un momento en que grandes empresas europeas como BMW, Mercedes-Benz o LVMH ya están manteniendo negociaciones paralelas con la administración Trump para evitar el impacto de las sanciones y salvar sus intereses comerciales en el mercado estadounidense.
En paralelo, los productores europeos de alimentos y bebidas, como los sectores del coñac francés, el whisky irlandés o el vino, temen convertirse en víctimas directas de la disputa. Estos sectores dependen en gran parte del acceso a EEUU y China, que representan más del 80% de sus exportaciones.
Las negociaciones entre Bruselas y Washington avanzan contrarreloj. Según fuentes diplomáticas, se está cerca de un “acuerdo técnico de principio”, pero cualquier desenlace sigue dependiendo del imprevisible comportamiento de Trump, que ha dejado la puerta abierta a un acuerdo, una prórroga… o una imposición unilateral de aranceles masivos a partir del 1 de agosto.
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