Trump pospone al 9 de julio los aranceles del 50% a la UE

En un nuevo giro dentro de su ya conocido estilo negociador, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado el retraso hasta el 9 de julio de la imposición de los aranceles del 50% a productos europeos, que inicialmente iba a entrar en vigor el 1 de junio. La decisión llega tras una conversación telefónica con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y ha tenido un efecto inmediato en los mercados financieros globales.

El anuncio ha impulsado los futuros de los mercados occidentales, que registran subidas superiores al 1,5%, animados por la percepción de que se abre una ventana de negociación. El patrón es ya familiar: amenazas agresivas seguidas de pausas arancelarias que dan margen a acuerdos, como han señalado varios analistas.

“El modus operandi de Trump se repite: presionar con aranceles y luego abrir la puerta al diálogo”, apunta Tim Waterer, estratega jefe de mercado de KCM Trade. En la misma línea, Jesús Sánchez-Quiñones subraya que los aranceles son una herramienta de negociación transversal para Trump, como ya demostró con Colombia o México en el pasado.

Impacto inmediato en los mercados

La prórroga ha disparado el euro/dólar, que marca hoy su quinta jornada de avances en las últimas seis, acercándose a máximos anuales por encima de los 1,15 dólares por euro. “Al superar la resistencia técnica de los 1,1275, el euro ha abierto la puerta a objetivos en los 1,2375 e incluso los 1,25 dólares, máximos de 2018 y 2021”, señala Joan Cabrero, analista técnico de Ecotrader.

En cuanto a la renta variable, la reacción ha sido inmediata: mientras las bolsas asiáticas cerraban con signo mixto, los mercados europeos y los futuros estadounidenses anticipaban una apertura con fuertes subidas. Según Cabrero, la tendencia actual no es un simple rebote: “Se ha superado el nivel crítico del 61,8% de Fibonacci de la caída anual, lo que confirma que seguimos dentro de una tendencia de fondo alcista”.

Contexto geopolítico complejo

Este nuevo episodio en la guerra arancelaria transatlántica se produce en un contexto delicado para la economía global. La política fiscal expansiva de Trump y su impacto en el déficit estadounidense han añadido presión a los mercados en las últimas semanas, pero ahora es el comercio el que vuelve a centrar la atención.

La UE, que aún estudia su margen de maniobra, busca evitar una escalada que afecte gravemente a sectores estratégicos como la automoción, la alimentación o los bienes de lujo. Por ahora, la prórroga concede tiempo, pero también mantiene la tensión.

Con la nueva fecha del 9 de julio en el horizonte, los próximos días serán clave para determinar si esta tregua se transforma en una solución diplomática o si la amenaza de los aranceles vuelve a materializarse.