Tomás Muniesa, actual vicepresidente único de CaixaBank y una figura clave en la historia de La Caixa, es el sucesor de José Ignacio Goirigolzarri en la presidencia del banco. Goirigolzarri ha decidido dejar su cargo voluntariamente tras cumplir con sus objetivos estratégicos.
Originario de Barcelona y nacido en 1952, Muniesa se unió al consejo de administración de CaixaBank en abril de 2018 como miembro dominical. Designado por CriteriaCaixa, el holding de la Fundación Bancaria La Caixa, que posee el 31,7% del capital del banco, convirtiéndose en su principal accionista.
La trayectoria de Tomás Muniesa
Muniesa comenzó su trayectoria en La Caixa en 1976 y ha sido fundamental en el desarrollo del negocio asegurador del grupo. El cual se ha consolidado como la principal aseguradora de España y una de las divisiones más rentables del banco. Hoy en día, combina su función como vicepresidente de CaixaBank con roles en VidaCaixa y SegurCaixa Adeslas. Esta última con Mutua Madrileña como socio, y ha estado al frente de ambas durante décadas. Entre 1997 y 2018, ocupó el cargo de vicepresidente ejecutivo y CEO de VidaCaixa, y en 2018 decidió enfocarse en su rol en CaixaBank.
Muniesa es licenciado en Empresariales y tiene un máster en Dirección de Empresas por Esade. A lo largo de su carrera, ha ocupado diversos puestos de responsabilidad. Siendo ascendido a director general adjunto en 1992 y director general del grupo asegurador en 2011.
Presidente de MEFF y Vicepresidente de BME
Además de sus responsabilidades en CaixaBank, Muniesa ha desempeñado roles como presidente de MEFF (Sociedad Rectora de Productos Derivados) y vicepresidente de BME (Bolsas y Mercados Españoles). También ha estado involucrado en la patronal del sector asegurador, Unespa, y ha sido consejero en diversas organizaciones. Incluyendo Vithas Sanidad SL y el Grupo Financiero Inbursa en México.
Con estos cambios, Gonzalo Gortázar, el actual CEO de CaixaBank, refuerza su posición. Gortázar, quien ha sido CEO desde 2014, ganó aún más autoridad tras la fusión con Bankia. Aunque Goirigolzarri ocupaba un rol de presidente ejecutivo, sus funciones estaban limitadas. Esto se estableció de acuerdo con las recomendaciones del Banco Central Europeo (BCE) para evitar la concentración de poder en un solo ejecutivo, que es una de las razones por las que no formaba parte del Comité de Dirección del banco.
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