Aigües de Barcelona, la sociedad mixta encargada de la gestión del agua en el área metropolitana de Barcelona, celebró ayer su junta general de accionistas, en la cual se aprobaron las cuentas del ejercicio pasado. La compañía reportó un beneficio de 1,7 millones de euros, lo que representa un incremento del 75% respecto al año anterior, aunque todavía se encuentra por debajo de las cifras alcanzadas en años precedentes.
Ciril Rozman, quien asumió la presidencia de Aigües de Barcelona hace apenas dos semanas, tras la dimisión de su antecesor Ángel Simón, destacó que la empresa ha enfrentado una “situación compleja” en el último ejercicio. Este periodo ha estado marcado por el aumento en los precios de productos y servicios, una persistente sequía que ha obligado a la introducción de nuevas fuentes de suministro de agua, y un entorno de altos tipos de interés.
Avances sin precedentes
Simón, que también era consejero delegado del holding Criteria Caixa, dejó su cargo tras una batalla entre los accionistas. Aigües de Barcelona cuenta con Agbar como su principal accionista (70%), seguido de Criteria (15%) y del Área Metropolitana de Barcelona (15%).
Durante su gestión, Simón defendió un plan de inversiones aprobado para enfrentar la sequía, en cumplimiento con las leyes de medidas extraordinarias aprobadas el año pasado por la Generalitat. No obstante, Veolia, la compañía francesa propietaria de Agbar, no incluyó estas medidas en su nuevo plan estratégico, lo que provocó el conflicto que llevó a la salida de Simón. Pese a ello, Aigües de Barcelona anunció recientemente que mantendrá su plan de inversiones de 900 millones de euros para los próximos años. Hasta el momento, no se han producido más cambios en el consejo y todos los socios han manifestado su intención de continuar en el negocio.
Una nueva etapa
La junta de accionistas celebrada ayer fue la primera sin los representantes de los comunes del Área Metropolitana de Barcelona, tras las recientes elecciones municipales. En esta ocasión, se evidenció una buena sintonía entre los accionistas privados, Agbar y Criteria, y los nuevos representantes del ente público, ahora dominado por el PSC.
Rozman subrayó la importancia del modelo de gestión de la compañía, afirmando: “Este modelo funciona porque se basa en un compromiso sincero, riguroso y equilibrado con todos los grupos de relación: accionistas, plantilla, clientes, administraciones públicas, proveedores, universidades y centros de investigación, entidades sociales y la sociedad en general”.
La compañía sigue adelante con su compromiso de inversión y adaptación a las circunstancias actuales, demostrando su capacidad para gestionar eficientemente los recursos hídricos en una situación de creciente complejidad.
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