Airbnb ha salido al paso de las críticas que lo acusan de ser uno de los grandes culpables de la saturación turística en ciudades como Barcelona o Madrid. La compañía, a través de su director general para España y Portugal, Jaime Rodríguez de Santiago, ha presentado un informe en el que defiende su modelo de negocio y señala a otros actores como responsables del turismo de masas: aerolíneas low cost y cruceros.
“¿Por qué se enfoca así el debate turístico y qué se está intentando ocultar?”, se preguntó Rodríguez de Santiago durante la presentación del informe.
El directivo cuestionó los estudios que critican el alquiler vacacional y apuntó que muchos se basan en datos poco fiables o directamente sesgados. Citó como ejemplo a InsideAirbnb, una plataforma que obtiene sus cifras con webscraping sin filtrar anuncios duplicados, inactivos o sin reservas reales.
¿Y los hoteles qué?
Airbnb lo tiene claro: la presión turística viene, sobre todo, de los hoteles. Según datos de Eurostat, el 78% de las pernoctaciones en Europa son en hoteles, frente a un 22% que se reparte entre todas las plataformas de alquiler de corta duración. En las 10 ciudades más turísticas del continente, los hoteles quintuplican el volumen de Airbnb. En Madrid y Barcelona, la proporción es de 4 a 1, y en el caso de Ciutat Vella (Barcelona), hay seis veces más camas hoteleras que de Airbnb.
Además, el uso es distinto: los hoteles tienen una ocupación media de 222 noches al año, mientras que los alojamientos en Airbnb solo registran 34. Con estos datos en mano, la plataforma defiende que “la presión turística de un hotel es siete veces superior a la de una vivienda compartida o alquilada ocasionalmente”.
El dedo apunta a aviones y cruceros
Más allá de los hoteles, Airbnb pone el foco en otros responsables del turismo masivo de los que, según ellos, se habla poco: los cruceros y los vuelos baratos. En 2023, llegaron a Barcelona 3,6 millones de turistas en crucero; en Lisboa, 758.000; y en Ámsterdam, 320.000. Todas estas cifras han crecido con fuerza tras la pandemia.
Las aerolíneas tampoco se quedan atrás. Han aumentado frecuencias y rutas, incluyendo conexiones de largo recorrido como las de EE. UU. En ese contexto, Rodríguez de Santiago ve una contradicción:
“Barcelona impulsa una gran ampliación de su aeropuerto mientras restringe el alquiler vacacional. Y el alcalde se ha felicitado por ello”.
¿Restricciones que no sirven?
Airbnb también critica que se estén tomando medidas poco eficaces. En Barcelona, desde 2014 hay una moratoria que impide nuevas licencias de alquiler turístico. Desde entonces, han caído un 46%, pero la sensación de saturación turística sigue ahí.
¿Y los datos? Según Eurostat, el 71% de las pernoctaciones en la ciudad siguen siendo hoteleras, mientras que solo el 17% se realizan a través de Airbnb. A pesar de esto, se están construyendo nuevos hoteles que añadirán 5.000 camas en Barcelona y hasta 15.000 en el área metropolitana.
En Madrid la historia es similar: aunque hay limitaciones al alquiler turístico, el auge pospandémico ha beneficiado sobre todo a la hotelería, que concentra el 68% del crecimiento de la demanda. La capital tiene previsto sumar 2.300 habitaciones hoteleras nuevas en los próximos años.
“Esto está encareciendo los precios hoteleros y complica el acceso a alojamientos asequibles para muchas familias”, advierte el portavoz de Airbnb.
Airbnb como alternativa y como salvavidas
La empresa defiende que su modelo alivia la presión turística en el centro de las ciudades y distribuye mejor los beneficios. Según sus cifras, el 59% de las pernoctaciones y el 55% de los anuncios están fuera de las grandes ciudades. En 2023, más de 5.300 municipios españoles recibieron al menos una visita gracias a Airbnb.
“En la España vaciada, donde no tiene sentido construir un hotel que estará vacío la mayor parte del año, el alquiler vacacional revitaliza economías locales”, asegura la compañía.
También dice que ayuda a las familias urbanas a llegar a fin de mes: la mitad de los anfitriones afirman que usan esos ingresos para pagar su vivienda, y un 46% de los huéspedes no habrían viajado si no hubieran encontrado alojamiento en la plataforma.
¿Y la normativa?
Rodríguez de Santiago pide una regulación más clara y justa. Ahora mismo, no hay diferencia entre alquilar tu casa un par de fines de semana o tener varias propiedades operando de forma continua. En Francia, por ejemplo, ya se regula en función del número de pernoctaciones, y el PSOE ha mostrado su apoyo a este modelo en Europa, aunque en España aún no se ha implantado.
Airbnb también critica la fragmentación normativa en nuestro país. Apoya el nuevo registro europeo de viviendas turísticas (que será obligatorio desde mayo de 2026), pero cree que el intento del Gobierno de adelantarse ha generado más lío que soluciones, sobre todo para anfitriones extranjeros.
Por último, la compañía se ha mostrado muy crítica con la propuesta del Ministerio de Hacienda para aplicar un IVA del 21% al alquiler turístico. Consideran que es una “distorsión competitiva” y recuerdan que organizaciones de consumidores también se oponen.
© Reproducción reservada“No se trata solo de negocio, se trata de qué tipo de ciudades queremos tener”, concluyó Rodríguez de Santiago.
“Estamos convirtiendo las ciudades en lugares cada vez más difíciles de visitar”.